Vuelvo A Casa (Primera parte trilogía Arde)

Capitulo 19

―¿Por que me presentaste de esa forma? ―Kaylin le dijo a Eiden, mientras comenzaba a sacar ropa de las maletas.

―No me pareció justo que te quedes al margen de las cenas, paseos y del baile.

―Pero por qué mentir, si ellos se dan cuenta que soy una simple costurera, que te ata las botas.

―Kaylin, no eres una simple costurera, y los sabes, así que no vuelvas a decir algo así.

Su amiga la miró y asintió.

―Y no estoy mintiendo, eres mi amiga, eso te convierte en amiga de la familia.

Kaylin se quedó callada y luego tomó unos vestidos del baúl de Eiden.

―¿Te das cuenta de que yo no tengo nada lindo que usar para esa cena, o para cualquier otra cosa?

―Claro que lo tienes, puedes usar mis vestidos ― ella señaló las maletas y baúles― Empacaste suficiente ropa para tres damas.

―No puedo usar esto.

―¿Por que no? Son tus vestidos, tus los hiciste.

―Pero no es correcto.

―¿Y quien decide eso? ― su amiga no contestó ―Vamos, estamos en otro reino, por qué no divertirnos. Además imagínate usando un vestido hecho por ti en las calles de Altea, o en el baile, si yo uso otro, tendrás dos en ese baile.

―No se actuar como una dama de la corte.

―No creo que sea tan difícil si Eliza puede ser una lady, que tan difícil puede ser.

Eso hizo reír a Kaylin.

Catherine entro entonces, la habitación de las tres eran iguales. Y estaban en el mismo pasillo.

―Este lugar es grandísimo. Mi habitación da al jardín y es demasiado, creo que tiene un laberinto, un invernadero.

Kaylin se puso de pie y fue a la ventana de la habitación.

―Podrías perderte si no conoces este lugar. ―dijo Kaylin.

―Entonces deberíamos pedir un tour para evitar eso.

La cama era muy grande, tenían un tocador, un baño privado y un espejo. La habitación de Eiden tenia un perfume de rosas, ya que las mesas que estaban en esta, tenían floreros con rosas amarillas y unas de un tono durazno muy hermosas. No sabia si las demás también tenían rosas.

―Manejaste muy bien todo― murmuró Catherine.

―Estaba temblando por dentro. Rezaba para no equivocarme.

―Manejaste muy bien tus palabras.

―Espero seguir de ese modo. Tenemos aun que pasar varios días aquí.

―¿Vas a decirme por qué papá nos envió aquí?

―Necesita que consigamos apoyo de este reino.

―¿Apoyo para que?

Eiden miró a las dos.

―No hay mucho que pueda decirte ahora.― miró a la ventana.

―¿Es por el problema del agua?

―Si, necesito que acepte ayudarnos. Que nos de dinero para eso.

―¿Crees que sea muy difícil? ―preguntó su hermana.

―No lo sé. Creo que todo va depender de nuestra estadía aquí y de los argumentos que les demos.

―¿Y si no acepta?

―Aceptara ―dijo Kaylin cerrando la ventana. Las dos hermanas la vieron.

―¿Por que lo dices?