Capítulo 36

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Tenía diecisiete, era un día especial para ella, recibió mucho cariño de su familia desde que abrió los ojos. Eiden había llegado muy temprano a abrazarla y quedarse unos minutos con ella en la cama.

Su hermana le contó a grandes rasgos de los últimos días, se habían visto muy poco, pero entendía que ahora estaba ocupada con ese proyecto, como lo llamaban las personas.

En la escuela las cosa estaban siendo difíciles con la llegada de los nuevos alumnos. Catherine conocía a todos y trató lo mejor posible de que se sintiera cómodos y sabia que Johan hizo lo mismo en la primaria.

Sabia que su familia le haría una fiesta esa tarde y llegarían sus amigos de la escuela y algunos hijos de los nobles.

El resto de la familia llego y la llevaron a desayunar, en su honor hicieron su desayuno favorito.

Después en la escuela sus amigos estaban esperando por la fiesta de esa noche.

Un chico, hijo de un miembro de la corte muy bien parecido la felicito y ella no pudo evitar sonrojarse cuando le dio un beso en la mejilla.

Y no era que ella nunca hubiera besado a nadie, el dueño de su primer besó estaba ahora en el mismo reino que ella. Después de pensar que no lo vería de nuevo.

A veces deseaba ser un poco más libre, como lo había sido su hermana. Sabia que Eiden sentía de una forma muy intensa y el día de su primer beso, estaba buscando eso, pero terminó lastimada y con muchos problemas no solo para ella.

Al volver al palacio, ya todos estaban preparando el salón para fiesta, de la cocina salían tantos aromas deliciosos que era imposible no sentir hambre al pasar.

Su madre le había pedido a las costureras un vestido especial para su hija ese día. Así que no tardaría en llegar, Ana y ella pasarían un rato buscando un look perfecto.

Eiden no estaba, asi que no pudo hablar con ella, para saber más detalles de la fiesta.

Recibió muchas felicitación de las personas del castillo al pasar y no podía dejar de sentir que era su día especial.

A una hora de que la fiesta comenzará Eiden apareció. Aún no estaba lista, quizás estaba regresando del trabajo, pero tenia una sonrisa en el rostro.

―¿Todo bien? ―preguntó, Ana ya estaba trabajando en su peinado.

―Sí.―Su hermana la vio.―Te tengo un regalo.

Eso llamo su atención, no podía negarlo le gustaban los regalos.

―¿En serio que es?

Eiden saco una pequeña caja de su bolsillo y se lo entregó. Completamente ansiosa Catherine abrio la caja sin mucha elegancia, contuvo el aliento cuando lo vio.

―Son hermosos Eiden.

―¿Te gustan?

―Me encantan. ―admiro los pequeños pendientes, eran unas rosas, simulando la flor había una piedra roja, justo como la de su cuento favorito. ―Gracias.

Ambas se abrazaron.

―Úsalos, seguro se verán bien con tu vestido. ―le sugerio―Ahora creo que debo ir a ponerme otra ropa y arreglar un poco este desastre― señalo su cabello.

Después de murmuran otra vez su agradecimiento Catherine vio a su hermana salir.

Paso un rato más antes de estar lista y su madre llegó por ella.

Su madre como siempre era la imagen de la elegancia, con su cabello castaño igual al de su hermana perfectamente peinado, un vestido de seda media noche y su corona. No llevaba más joyas que esa, un abrigo para cubrirla del frío.

Vuelvo A Casa (Primera parte trilogía Arde)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora