CAPÍTULO 23 Nicahealy Quandt

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Después de que Nicolás me desafiara, y me volví mas rabia que persona. Había llamado a Oliver y le pedí que viniera a verme. El y Valentina estaban viviendo en Atlanta. Oliver había dejado su querido amor después de darse cuenta que no era el hombre de su vida. Era muy mono, de mi estatura y un hablado muy característicos, y un amante de la moda en todo su esplendor. Apenas estuvo en la casa, me puse a llorar, le conté absolutamente todo. Era mi mejor amigo, y desde que se había desaparecido Priscila no tenía alguien tan cercano para llorar que no me fuera juzgar por cada decisión que había tomado. 

- Le quiero Oli- solloce una vez más en sus brazos ensuciando su camisa rosa. 

- Le deseas, algo diferente, ya te lo dije querida- estaba ya cansado de escucharme llorar- ahora ponte el glorioso vestido. Necesitas salir- continuo mientras se levantaba y traía el vestido esmeralda que me había puesto para la cena con Carlos 

- Ese vestido le encanto  a Nick- chille una vez mas 

- Ay no querida te lo vas a poner igual. Necesitas estar de infarto para tu reaparición 

Con Oliver no tenías opción cuando se hablaba de ropa, siempre acertaba, esa noche estuvimos como una hora en ese bar antes de que me pusiera a llorar cuando un hombre me tocara pensando que me iba hacer algo. Oliver por mi bien estaba obligado a irse conmigo, cuando salimos nos encontramos con un montón de cámaras,Oliver se había encargado que todos lo supieran, así que me abrazo para que no vieran que estaba que temblaba del miedo. Era todo un divo porque a pesar de estar yo llorando, salió con una sonrisa fantástica, hecha para las revistas. 

No había salido para provocar a Nick, aunque en realidad esa fue la razón principal por la que Oliver me saco, porque teníamos que poner de humos al hombre de mis sueños, desde que le conté que se guardó así en mi móvil, no lo dejo estar sino que lo apodó así. Entre otros que invento mientras veía más fotos de el en las redes. 

- Aquí se ve todo un dios griego, Nica pero que suerte- chilla viendo una foto de Nick en bañador, en realidad sí que estaba para morirse. 

No esperaba que después que se enterara estuviera en mi habitación con ganas de matar al supuesto macho peludo que había pasado la noche conmigo, no sabía que hacer pero tenía que hacer como que todo fue obra mía. Cuando lo vi perder los estribos y arremeter contra Oli, sabía que tenía que parar todo esto. Pero solo termine reemplazando el lugar de Oliver en la pared. Lo disfrute no les mentiré. Solo que todo estaba mal necesitaba acabar con todo esto. 

Había dejado a Oliver comiendo en la isla de la cocina después que note que Nick seguía aquí, que estaba en el muelle. Fui hasta donde el, tenía que saber mi decisión, y como me sentía, preferiría que se enterara de mi boca que de la de otra persona. Después de todo ya el daño estaba hecho, y mi delicada vida necesitaba empezar de cero después de tanto ajetreo. Pensaba irme después de la boda de Andrés, aún tenía que pasar un poco más de tiempo con ellos, con mi familia que ahora más que nunca había aceptado que también era la de Nicolás. 

Sentí que mi corazón se armaba una vez más cuando me abrazo, ya casi había olvidado lo que era sentirse en paz, tranquilos, eso que me trasmitía su contacto. Quería quedarme con él en ese puto muelle todo lo que quedaba de mi vida pero resulta que en esta vida no éramos solo nosotros. Mientras caminaba hacia la casa miles de lágrimas caían sobre mi rostro, lo quería y no era capaz de decírselo, quería que me dijera esta vez no te dejaré ir, un todo estará bien pero no, no me lo había vuelto a decir y nada estaba bien. Sentía que lo necesitaba para que me diera paz en cada abrazo. Para poder dormir. Para sentir su calor. Para volver a sentir el dulce sabor de sus labios sobre los míos. Le quería y deseaba como a ninguna otra persona.

 Apenas entre a la cocina corrí hacia Oli que ya me esperaba de pie. Llore en su pecho por lo que parecía una eternidad hasta que subimos a la habitación. 

- ¿Oli será que si lo superare?- le preguntaba estábamos tirados en el piso mirando hacia el techo, pero estábamos juntos meditando sobre nuestra vida. 

- Claro que sí, si superaste que me volví gay después de ti, lo superaras todo – reí ante su arrebato, era toda una joya. 

- Cierto cierto, totalmente cierto. 

Sentimos que tocaban la puerta de la habitación. Seguramente era para bajar a comer pero no lo haríamos. Pediríamos pizza para recordar nuestros días en la universidad. Hoy sería la noche de Oli y Nica. Aunque antes era más Oli, Vale, Sara, y yo. Tomas siempre fue un poco más alejado de nosotras. Nos decía "las tres mosqueteras y Oliver". 

- Adelante- grite, entro una Catherine que nos mira con el ceño fruncido por estar en el piso

 - Nica, quería preguntarte si querías ir acompañarme junto a mi madre a elegir el vestido 

- Si, seria genial- respondí emocionada a la vez que me ponía de pie

 - Esto te caerá al pelo- dijo Oliver mientras le tiraba una beso a Catherine 

- Bueno genial, mañana estaremos aquí en el desayuno para ir luego- casi chillo por ver mi estado de ánimo. 

- Ay casi se me olvida mira él es Oliver, un amigo de la universidad- dije presentándolo- Oli, ella es Catherine, la que te dije que se iba a casar. 

- Encantada- dijeron los dos al mismo tiempo y se echaron a reír 

- Qué tal si te quedas con nosotros a ver películas y comer pizza- la invite después de todo se lo debía, Catherine fue una de las que más sufrió rechazo de mi parte y ya sentía un poco de remordimiento. 

- Si genial, bajare a decirle a Andrés y vuelvo 

- Ay otra atada a un hombre- chillo Oliver mientras Cathe se daba la espalda 

- En todo su esplendor- grito desde el pasillo 

El resto de la noche me la pase riendo con Oliver y Catherine, nos acostamos un poco tarde pero en realidad no importaba sabía que no dormiría por mucho aunque estuviera acompañada, necesitaba mas para eso. Cuando desperté estaba jadeando por una pesadilla, todavía no había amanecido muy bien y Cathe todavía roncaba junto a Oli. Me puse una chaqueta encima de la bata de pijama y una sandalias, baje a caminar al patio un rato para terminar de ver el amanecer, me senté en una de las bancas de la cabaña frente al lago con mis rodillas pegadas a mi pecho. Extrañaría esto, aun no sabía a donde irme pero necesitaba estar lejos una vez mas de Royal, le había prometido a mi padre que no me volvería ir pero ¿cómo hago si deseo al hombre que no debería? Me sentía perdida y solo quería volver a recobrar el rumbo de mi vida y cerca de él solo haría que volviera a seguir miles de nudos en ella. 

Sentí mi móvil vibrar en la chaqueta, lo saque y era un mensaje de Nick. 

Nick: No te vayas por favor 

Mi corazón quería dar un salto pero no podía hacerlo porque sencillamente ese no te vayas no significaba que me quería para siempre junto a él, se significaba que no podía perderme de la vista ahora. Era demasiado temprano para que estuviera despierto pero igual le respondí con la verdad, tampoco quería que viviera en la incertidumbre de no saber cuándo me iría. 

Nica: Me voy después de la boda de Andrés. 

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