CAPÍTULO 2 Nicahealy Quandt

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Dos años después... 

Por milésima vez desde que llegue hace dos años a Stanford me pregunte cuando seria eldía que me topé con otro amor para mi vida, no estaba aquí para eso pero al menos pensé que estaría en el paquete de ser una universitaria, Amaba mi carrera con todas mis fuerzas, una de las mejores formas en las que se había expresado el amor, era a través de la medicina, desde que era niña me gustaba absolutamente todo con respecto a esta, y sobre todo era adicta la satisfacción que me proporcionaba el ayudar a otros. Sencillamente quizás el amor si estaba en el paquete solo que no me lo encontraría reflejado en un hombre, sino en uno de los mejores placeres de la vida, ayudar a otros, el dar. 

Mientras subía las escaleras de la escuela de medicina de la Universidad de Stanford, donde actualmente me encontraba finalizando mi segundo año, me tome un tiempito para pensar. Mis padres me esperaban en el departamento de Miami para irnos a Colombia a ver a la abuela, hacía ya más de 1 año que no la veía. Ya extrañaba su calor, la iba a ver al menos 4 veces al año y desde que empecé la universidad no había podido ir a verla mucho, sin nombrar pues el hecho que fue varias veces a Royal del sur y simplemente me inventaba una excusa para no regresar a casa. Solo he ido 2 veces estos dos años jugaba a mi favor el hecho de que estuviera a 8 horas en avión de casa, las veces que había ido era por la graduación de mi hermano y el cumpleaños de mi madre, nada de reuniones familiares al menos que fueran fuera de Royal del sur, ni de fiestas de la empresa de mis padres. 

Al finalizar todo lo que tenía pendiente me despedí de Sara, Valentina, Oliver y Tomas,eran sin duda mis mejores amigos de la universidad. Sara y Tomas eran de Florida, se habían ido lejos con el propósito también de salir de su burbuja, mientras que Vale y Oliver era al igual que yo de Georgia, obvio ellos si iban a sus casas. Sabían lo decepcionante que era mi vida amorosa y en que básicamente se había basado los últimos dos años, eran en amores de una noche, mas citas que no terminaban ni lo mas mínima bien para un beso. Si se preguntan que si supere a Erick pues sí, solo había uno que había podido durar más de una noche, Oliver, era algo así como mi confidente aparte de que nos acostábamos, el pasaba por algo parecido a mi situación solo que a él no le habían sido infiel, ni lo habían ilusionado tanto. Solo estaba en una crisis existencial. 

Actualidad... 

Estaba más que nerviosa, después de 9 años estaba volviendo a Royal del Sur, hacia un poco de calor ya que estábamos en abril, exactamente un 8 de abril y estaba iniciando el verano. 

Cuando divise el letrero "Bienvenido a Royal del Sur" y en letras pequeñas "la ciudad del éxito", me quite las gafas, sentí un nudo en la garganta a la vez que se me salía la primera lagrima, lo extrañaba tanto que no me había dado cuenta hasta ahora, le di al chofer la dirección y sin más condujo hasta la mansión de mis padres. La casa de mi infancia, de mis mejores años.

Cuando cruzamos las altas rejas negras rodeadas de paredes blancas divise al fondo se veía la fachada de la enorme casa, blanca como siempre con altas columnas que se extendían en donde iniciaba la escalera, y con sus techos negros todavía, la rotonda de la entrada seguía igual con un fuente con un chorro mínimo rodeado de arbustos. En las escaleras de la entrada ahora había dos grandes fuentes de mujeres desnudas con unos jarrones en sus hombros de los que salía agua, la gran puerta negra de madera se abrió y salió Vladimir a mi rescate con una brillante y amorosa sonrisa, no dude en abrazarlo. Era un hombre de estatura promedio de casi 50 años, de cabello castaño peinado perfectamente hacia atrás, no recuerdo un día en que Vladimir no llevara el cabello perfecto, tenía ojos azules, y pocas veces lo había visto sin un traje de corte americano de color gris, creo que tenía en todos los grises posible, en ocasiones especiales optaba por un esmoquin o un traje de color oscuro. 

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