ESMERALDA

CAPÍTULO 32 Nicahealy Quandt

- Deberías ir Nica, es tu madre- me decía Gabriela desde el sofá en la oficina- Aunque haya pasado todo lo que paso, ya es hora que la perdones, nada en este mundo cambiara el hecho de que es tu madre. 

- Está bien lo hare- respondí resignada en la silla de en frente, tenía razón era mi madre y había estado haciendo todo lo posible por darme mi espacio, la amaba a pesar de cualquier cosa que pasara. Ya tenía un mes y un poco mas sin verla y hoy era 9 de agosto, su cumpleaños. 

- ¿Qué piensas regalarle? 

- No lo sé, iré a la Loveling después de almorzar a ver que le puedo comprar. 

Gabriela se había vuelto mi mejor compañera en el último mes, decidimos que en el próximo negocio, sería mi socia, pero que no de un bar, aunque seguiría conmigo hasta que ya no la necesitara, después de todo creo que ganaba mucho mejor conmigo que con otros clientes, que todavía podía ver. Ya habían terminado el bar, todo estaba listo, con lo que respecta al lugar, las próximas dos semanas nos dedicaríamos a firmar con los proveedores y a los empleados. Para luego planear una inauguración dentro de 3 semanas. Nadie sabía que se escondía detrás de la gran puerta negra de la entrada rodeada de más negro en sus paredes, no pondríamos el letrero del bar hasta el día de la inauguración, así que para los medios, todo con lo que respecta al lugar era un enigma. 

Me levante de tope en mis stilettos negros y corrí al baño cuando sentí que las náuseas eran demasiado fuertes, llevaba dos días así, apunta de vómitos, y nauseas, sin soportar ningún olor y ya me estaba preocupando. 

- Nica ya van dos veces en lo que va de la mañana, ya es hora que de pienses en un embarazo- dijo Gabriela al verme correr al baño- ¿Cuándo fue la última vez que te llego la regla?- ya estaba parada a mi lado en el impecable baño blanco mientras yo estaba arrodillada frente al váter. 

- No estoy embarazada, seguro fue algo que comí, aunque puede ser posible- la mire desde abajo 

- ¿Y tú regla?

 - Pues no me llegado pero ya me vino después de estar con ya sabes quien- tenía un poco de razón en lo que decía confiaba en mi T pero eso no aseguraba nada y aparte había tenido un disparo y luego tanto estrés, habían muy pocas probabilidades

- Ahí está, ya ves que tengo razón 

- No creo en verdad que esté embarazada, tanto estrés, el accidente, irme, quizás por eso no me ha llegado- no termine de hablar porque mi estómago necesitaba vaciarse una vez más. 

- Te harás una prueba y ahí veremos quién tiene la razón- cerro la puerta inmediatamente después de ver que no pararía de hacer arcadas – aparte tu plano abdomen sobre sale un poco de ese apretado vestido que tienes- grito desde el otro lado de la puerta

 - QUE LO NO LO ESTOY!- ya me estaba asustando, ese pequeño detalle no lo había visto, había subido un poco de peso pero principalmente por mi recuperación

Después de comerme dos porciones pollo, ya que ni si quiera me provocaba otra cosa, Gabriela en definitiva se burlaría de mi apenas le contar, sentí que mi hambriento cuerpo estaba satisfecho, así que Salí directo a la joyería. Llevaba ya 30 minutos mirando que podía llamar mi atención. 

- Buenas tardes- dije acercándome a la vitrina donde descansaban las cadenas, quería que fuera especial, era mi madre. 

- Buenas tardes Srta., mi nombre es Javier en que puedo ayudarla?- dijo el hombre detrás de la vitrina

 - Nica Quandt, un gusto- respondí con una sonrisa- Me gustaría ver esa cadena de ahí- era muy lindo relicario en oro 

- Este forjado en oro amarillo de 18 k, este relicario esculpido con un diamante negro en el centro, da un toque de elegancia moderna, pende de una cadena delicada de 43 cm y es la pieza de uso diario ideal para llevar sus memorias cerca de su corazón. Le gustaría probársela Srta. Quandt? – recitaba todo mientras la sacaba y la dejaba reposar sobre una tela negra sobre el vidrio. Eligio las cosas que me enamoraban a primera vista, la mayoría de las veces y esa pieza lo había hecho.