ESMERALDA

CAPITULO 59 Nicolás Martini

Mi tía Isabella quedó encantada con Aitana, no esta de más decir que lo suyo eran los niños, con la dulzura que emanaba era imposible que los niños no se le acercaran como si fuera una golosina. Su esposo, Adriano Ricci, era un hombre que te hacía temer, era el sucesor de la familia Ricci en La Comisión italiana, era todo lo contrario a mi tía pero con el tiempo desde hace muchos años aprendí a ser su amigo, por algo se encontraba sentado frente a mi hablando de negocios. Estar en la ruina me estaba nublando el juicio y no sabía a quien más recurrir aunque me tocara ensuciarme las manos mucho más, no me importaba.

- Tengo alguien perfecto para ti - hablo después de un tiempo yo estar contándole la situación - quiero pensar que lo haces más por tu hija que por ti - dijo riendose- aunque no estoy del todo convencido

- No soportaría vivir diferente, me comerían vivo- confesé- Hay gente que me tiene en la mira, como todos que tenemos enemigos, pero no me gusta tenerlos tan pegados a mis pies

- Hay personas que los llegan a tener en su cama, aunque no creo que sea tu caso- respondió burlón mientras tomaba un trago- o si?

-No lo es - hablé firme, si le hacía creer que era así, serian puntos menos para mi en este momento

- Y donde está tu esposa en estos momentos?

- Esta donde su madre- conteste duro mirando como Aitana le daba abrazos a mi tía, era el primer día que la veía y se le tiró a los brazos como si de toda la vida la conociera

- Problemas en el paraíso- río

- Un poco - lo mire directo a los ojos- pero aquí el tema es diferente, qué tienes pensado?

- Pensaba en los Salvatore, son los más honestos con los que te puedo involucrar - respondió y senti que me ahogaba con mi propia saliva

- Depende con que hermano, no creo que a Mara le haga mucha gracia que me involucre con un ex prometido de ella- hable después de recomponerme

- Espero no haber escuchado mal- comento mi tia, mirándome de manera acusadora

- No es lo que piensas mio amore - la tranquilizo su esposo

- No meteré a Mara en nada extraño- dije firme

- Más te vale - respondió amenazante mi tía

- Hablaré con Fabrizzio, así te evitas todo ese problema con Alessandro - hablo más bajito mi tio - Prepárate para darle algo con un buen valor

- Ya tengo pensado que ofrecer- agarre mi teléfono - Es más te lo mostraré ahora mismo - mande un mensaje ordenando que trajeran a Nica, tenia que verlo en persona para que se convenciera que era mi mejor apuesta

- Tienes una hija encantadora - comentó cambiando el tema

- Es igual que su madre- respondí con cierto dolor - Ya viene en camino Nica para que la conozcan -anuncie para todos en la mesa

- Que emoción, ya era demasiado extraño no conocer a tu esposa - hablo mi tía, sentía que cada vez me regañaba más por no llevarla a Palermo

- Deberían ir para navidad- comento Ricci

- Totalmente de acuerdo- lo apoyo mi tía

- Lo consideraré

-No pensarás venderle tu esposa a Fabrizzio? La recorrerá media comisión si llega a ser asi- susurro cerca de mi oído

- Por supuesto que no- respondí serio, no se me había pasado por la mente hacerlo, sabía de los negocios con mujeres de los Salvatores, una de las razones por las que Mara canceló su boda - No dejaría que acabara como la prostituta del año