Los hermanos se levantaron temprano y se dirigieron justo a buscar el Caldero Chorreante. Cuando ya estaban en la calle Charing Cross, buscaron con la mirada el tan preciado bar.
— Ahí está — dijo Lucy y los cuatro caminaron hacia ahí.
Entraron a el bar y había poca gente, en la cara de los cuatro se podía notar lo perdidos que estaban.
— ¿En que les puedo ayudar? — dijo un señor que parecía ser el barman o algo así.
— Buscamos el Callejón Diagon — respondió Peter
— Oh si, vengan conmigo — dijo y empezó a caminar — mi nombre es Tom.
— Peter — se presentó — y ellos son Susan, Lucy y Edmund.
— Un gusto, bien aquí — dijo y se detuvo en lo que parece ser el basurero.
Tom tocó unos cuantos ladrillos y estos se empezaron a mover hasta que se abrieron completamente y dejó ver el gran Callejón en donde había muchas tiendas y mucha gente.
— Bien, hasta aquí los acompaño — dijo Tom
— Esta bien, Muchas gracias — dijo Peter.
— Gracias — corearon los otros y Tom se fue.
Entraron completamente al Callejón y observaron todo; el lugar era enorme con multitud de gente, era simplemente hermoso, había tiendas de cosas que no encontrarías en cualquier lugar.
— Esto es... — dijo Susan.
— Fantástico — completó Lucy.
— Bien, al primer lugar que tenemos que ir es a el banco — dijo y miró todas las tiendas.
— Allá — dijo Edmund apuntando al gran edificio.
Caminaron entre toda la gente dispersa, siendo empujados y, ¿por qué no?, empujando ellos también, y con prisa hasta que llegaron a la puerta.
— Llegamos, al fin — dijo Susan.
— Y vivos — le respondió Edmund.
Abrieron las puertas de aquel banco llamado Gringotts, y pudieron observar a las pequeñas y feas criaturas que trabajaban ahí.
— Son...¿Duendes? — dijo Susan sorprendida.
— No, caballos — le respondió Edmund sarcásticamente ante esa boba pregunta, esta simplemente rodó los ojos
Llegaron al Duende que estaba a la otra punta y se pararon al frente.
— Hola, buenos días, vinimos... Por dinero — dijo Peter.
— Que sutil — reprochó Susan.
— No sabía que decir — le susurró.
— Número de bóveda — siguió el Duende como si nada.
— 531 — respondió Susan.
— ¿Llave? — volvió a decir.
— Edmund la llave — dijo Peter
Este metió la mano en su bolsillo e hizo una expresión de miedo y tocó todos sus bolsillos.
— No la tengo — dijo y todos se asustaron —. Era broma aquí está — sonrió entregándole la llave.
— Ja-Ja muy gracioso —espetó Peter.
— Muy bien, síganme — dijo el Duende.
Lo siguieron y se encontraron con otro Duende quien les dijo que se subieran a un carro y este empezó a andar a una velocidad demasiado, hasta que por fin se detuvo.
— Lo odio — suspiró Edmund al bajar.
— Bóveda 531 — les informó el Duende y la abrió.
Cuando la puerta se abrió completamente y pudieron observar todo el oro que había, y abrieron los ojos como platos al igual que la boca.
— Bien, tomen todo lo que sea necesario — les ordenó Peter.
Los hermanos empezaron a tomar puños de todas las monedas que habían y meterlas en sus bolsillos.
— ¿Cual es la diferencia de todas estas monedas? — preguntó Edmund
— Las de bronce se llaman Knuts son las de menor valor, las de plata, Sickles y son las de valor medio usualmente son las que más se usan y las de oro son Galleones y son las de mayor valor — explicó el Duende.
— Wow — dijo Lucy atónita, con un brilló en su mirada.
— 17 Sickles son un Galeón, y 29 Knuts son un Sickle, lo que significa que 493 Knuts son un Galeón — terminó este.
Cuando terminaron de tomar lo que iban a tomar salieron de ahí y se dirigieron a comprar todo.
— Primero vamos por los libros — dijo Peter.
— Yo quiero mi varita — replicó Lucy.
— Más tarde, Lu— respondió
Fueron a comprar los libros y había mucha gente así que tardaron un poco y luego por el uniforme: Las túnicas, el sombrero, los guantes y la capa de invierno. Luego por: el caldero, el juego de redomas, el telescopio y la balanza de latón. Lo único que les faltaba era la varita y los animales.
— ¿Ahora sí vamos por las varitas? — dijo Lucy
— Si Lu, ahora sí — respondió Peter.
Y se dirigieron a la tienda de varitas Ollivander's. Entraron y no había nadie, segundos después salió un señor canoso y de ojos azules.
— ¿Hermanos Pevensie? — dijo este y ellos asistieron —. Me dijeron que vendrían, empecemos contigo — señalo a Peter.
Le paso varias varitas las cuales solo destrozaban el lugar hasta que al fin una funciono
— Endrino, núcleo de Fibra de corazón de Dragón, 29 cm — le especifico este — ahora tu — dijo a Susan.
Con ella no fue lo mismo solo tuvo que probar dos varitas hasta encontrar la indicada
— Pino, núcleo de Pelo de unicornio, 32 cm — dijo el señor —. Tú — señaló a Edmund.
Con él la tuvo difícil Ollivander ya que no sabía cuál darle, hasta que porfin encontró una que fuera compatible.
— Manzano, núcleo Pelo de unicornio, 26 cm — le dijo —. Y por último tú — señalo a Lucy.
Está se acercó emocionada y empezó a probar varitas y esta vez la cuarta fue la vencida.
— Sauce, núcleo de Fibra de corazón de Dragón, 23 cm — le dijo.
Los hermanos pagaron y fueron a comprar lo último que les quedaba.
— Bien, ahora los animales — dijo Peter — podemos llevar una lechuza, un gato, una rata o un sapo.
— Yo quiero un gato — dijo rápidamente Edmund.
— Igual yo — coincidió Lucy.
— Bien, un gato, ¿Lechuzas? — dijo mirando a Susan y esta asintió.
Caminaron hasta la tienda y comprar los gatos y las lechuzas que querían, pagaron y salieron de ahí.
— Hora de regresar — dijo Peter.
Salieron del Callejón hacia el Caldero Chorreante, se despidieron de Tom y caminaron directo a casa.
— ¿No están emocionados? — preguntó Lucy y ellos asistieron.
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𝘕𝘢𝘳𝘯𝘪𝘢 & 𝘏𝘢𝘳𝘳𝘺 𝘗𝘰𝘵𝘵𝘦𝘳 [CANCELADA]
FanfictionDonde los hermanos Pevensie reciben una carta, en la que dice que están invitados a estudiar en Hogwarts, un mundo algo diferente al que conocen. Y en donde el hermano menor hallará el amor en la joven que los acompaño en sus años en Hogwarts... y t...