Capítulo 22

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Narra ______

Estábamos en el gran comedor, tenía hambre y tomaba de todo pero me impresionó todo lo que estaba comiendo Edmund, combinaba de todo y me daba miedo que se fuera a ahogar. Nunca creí ver a alguien que comiera más que yo, eso me lo dicen mucho.

Todo paro cuando oímos unas voces discutiendo, me levanté para ver y Ed me siguió. Cuando llegamos al sitio de donde provenían las voces y eran McGonagall y el sapo, volteé a ver a Edmund y todavía tenía comida en la boca tratando de tragar.

— Se que parece tonto — dijo Umbridge —, pero parecería que cuestiona mi autoridad en mi salón de clases, Minerva — subió un escalón más arriba que McGonagall.

— No es así Dolores — subió al mismo escalón mostrando autoridad —, pero si cuestiono sus métodos medievales

— Lo siento querida — dijo Dolores de cabeza —, pero cuestionar mis prácticas es cuestionar al ministerio y por consiguiente al ministro mismo, soy una mujer tolerante — se nota —; pero si hay algo que nunca soportaré es la deslealtad

— Deslealtad — repitió McGonagall bajando el escalón, mientras la cara de sapo subía otro.

— Las cosas en Hogwarts están peor de lo que temía — si desde que llegó usted —. Cornelius querrá tomar medidas de inmediato.

Desde esa última frase empezó el infierno, la primera regla: "Primera proclamación decreto educacional Número 23; Dolores Jane Umbridge a sido asignada al puesto de Suma Inquisidora de Hogwarts"

Edmund y yo estábamos igual de fastidiados, asqueados, frustrados, queríamos golpearla a ella y al ministro, porque básicamente no aprendíamos nada.

La maldita interrumpía las clases "evaluando" a los maestros, a Snape le restrego en su cara que no lo habían elegido para el puesto de profesor de DCAO. Los gemelos estaban jugando en el patio y ella los interrumpió arruinando la diversión. Y a medida que avanzaba el tiempo eran más y más reglas estupidas, hasta llegar al punto de que las paredes estuvieran cubiertas. A Trelawney le pidió que le hiciera una predicción, y ella no supo que contestar y dijo cualquier cosa.

Un día que parecía normal, pero había un escándalo en el patio caminé rápido encontrándome con Edmund. Le pregunté que pasaba y él tampoco sabía. Cuando llegamos al patio vimos a la profesora Trelawney casi llorando y con sus maletas a cada lado.

— Llevo 16 años dando clases y viviendo aquí — decía sollozando —. Hogwarts es mi hogar, por favor... No puede hacerlo.

— De hecho ya lo hice — dijo la sapo rosa sacando un pergamino.

— Maldita — susurré.

En eso llegó McGonagall al rescate, abrazo a Trelawney.

— ¿Tienes algo que decir querida? — dijo como si nada pasara.

— Hay demasiadas cosas que querría decir — dijo McGonagall.

En eso entro el que la iba a poner en su lugar el viejo chiflado... digo... Dumbledore, caminó hacia ella con todo su estilo.

— Profesora McGonagall — dijo este —, puedo pedirle que escolte a Sybill de vuelta al castillo.

Y empezaron a caminar y Trelawney a agradecerle con lágrimas en los ojos casi cayendo por sus mejillas.

— Dumbledore — dijo el fastidio —, le recuerdo que según los estatutos del decreto número 23 dictado por el ministro...

— Tiene derecho a despedir a mis maestros — la interrumpió Dumbledore —. Lo que no tiene es la autoridad para desterrarlos de aquí, ese poder sigue siendo de el director — la puso en su lugar.

— Por ahora — dijo con su asqueroso tono presumido.

— ¡Ahora vayan a sus salones! — dijo mientras se iba.

Edmund y yo en la noche estábamos en la sala común, vacía por suerte.

— ¡Esto ya es el colmo de los colmos! — me quejé, el se tiró en el sofá y se puso un cojín encima de su cara — ¡Está loca! ¡Como va a atreverse a desterrar maestros de aquí! — dije mientras caminaba lado a lado — ¡Y no dejarnos usar magia ni saber defendernos! ¡se supone que para eso sirve ¿no?!

— Tal vez piensa que estamos armando un ejército — dijo sarcásticamente con el cojín en su cara.

— Ja, Ja — dije — ¡Le detesto! Es que... ¡La odio!

— Si lo has dicho muchas veces — dijo  aún con el cojín.

— En ese cojín se han sentado muchas personas ¿sabes? — le aclaré

— Ew — se lo quitó de la cara y lo arrojó.

— Tenemos que hacer algo — dije parando de caminar —. Necesitamos saber defendernos cuanto antes.

— Tú eres muy buena e inteligente, podrías enseñarnos — sugirió.

— Podría, pero siendo yo nadie va aceptar — dije pensando —. Necesitamos a alguien que se lleve con todos y que hagan caso a su palabra — dije mirándolo y el correspondió.

— ¿Estamos pensando en la misma persona? — yo asentí y sonreímos.

𝘕𝘢𝘳𝘯𝘪𝘢 & 𝘏𝘢𝘳𝘳𝘺 𝘗𝘰𝘵𝘵𝘦𝘳 [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora