Capítulo Ochentaitresavo.

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Vais a odiarme, y luego a amarme.

Pero mirad, os traje edits :D

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Faltaban 45 minutos para la boda

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Faltaban 45 minutos para la boda.
Todos estaban muy nerviosos.
No faltaba ningún invitado.

Los novios estaban terminando de vestirse. Uno en cada mitad del hotel.

Samuel hablaba por teléfono por Silvia, quien le mandaba sus mejores deseos y felicidades. Al final, no pudo viajar. Ella estaba de vacaciones en américa; a pesar de que lo intentó, no pudo llegar a Noruega para la boda. Pero con una llamada amistosa era suficiente.

Rubén estaba con su mamá, terminando de peinarse mientras hablaban un montón de cosas bonitas y nostálgicas. Pero como hablan en noruego solo entendemos ajakakahskakals.

Mangel y Alexby daban un paseo por fuera del hotel, algo traían entre manos más allá de la copita de vino suave. Fueron hasta el inmenso corral de mascotas, donde estaba Auron grabando las tonterías que hacía Don Gato, Lolito riendo a un lado y Tania con Lucille en brazos. Habían un montón de otras mascotas del resto de invitados.

- No les digas nada. - murmura Mangel a Alex cuando van llegando con ellos.

- No, que no. - contesta el menor y se mete al corral a jugar con los animales.

De pronto llega el padre de Vegetta, acompañado de dos trabajadores del hotel, quienes cargaban algo cubierto por una sábana blanca.

- Ahí, dentro del corral. - indica el señor De Luque con su voz gruesa. Y los trabajadores dejaron aquél objeto de unos 140 centímetros en el piso. Luego le quitan la sábana.

Era un caballete con una imagen de Max, el perro difunto de Alexby.

-Rubius dijo que lo quería presente, que te gustaría. -le comentó el señor De Luque a Alejandro, quien miraba el objeto muy nostálgico.

Y así se la pasaron bien hasta que llegó el momento de comenzar a sentarse.

-¡Estoy mu' nervioso, mamá! - exclamaba Samuel, a quien le tocaba esperar a Rubius en el altar, con la cara entre sus manos. La señora le daba palmaditas

- Du vil se at alt vil være bra - decía la señora Gunderser a su hijo.

Los novios estaban listos. El corazón les latía a mil por hora. Jamás pensaron que de ser conocidos, pasarían a jugar minecraft juntos, y despúes a casaste. Jamás pensaron que una llamada bastaría para comenzar la relación que los llevaría al altar.
Ninguno ponía las manos al fuego porque esto durara para siempre. Aún pensaban que era un poco apresurado. Estaban llenos de duda, insertidumbre, temor. Pero, ¿saben? también estaban llenos de amor uno por el otro, y con eso bastaba para tomar el riesgo, la aventura, de casarse.

Rubius apareció por la puerta. Todo estaba muy bien decorado, limpio, todos muy elegantes.

Los novios se vieron y se enamoraron mutuamente otra vez. Cada uno estaba muy guapo.

Pasaron los minutos y la ceremonia comenzaba, avanzaba y ya finalizaba.

El señor iba a dar sus últimas frases para finalizar la unión.- ¡Y yo los declaro casados! Puede besar al..-pero la voz de uno de los novios resonó en todo el lugar.

-¡PIDO EL DIVORCIO!

-¡PIDO EL DIVORCIO!

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¿Doblas?┊ 𝙍𝙪𝙗𝙚𝙜𝙚𝙩𝙩𝙖.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora