《Abigail》
Los chicos y yo estábamos planeando desayunar juntos así que decidimos hacer un picnic y de paso invitamos a Gael, está bien que no era un ángel ni nada por el estilo, pero era algo de Paloma por mucho que se negaran o más bien que ella se negara, a Ethan no le agradó mucho la idea de ello, pero tuvo que hacerlo por el bien de la humanidad. Cuando llegamos al parque estábamos preparando todo, pero nos faltaba Paloma así que Gael le escribió y procedió a buscarla, en ese momento que teníamos libre decidimos hablar de la situación de Nathali.
Ethan se levantó alterado y caminaba de arriba hacia abajo. Estaba nervioso, Abril solo lo miraba, actuaba como siempre, todo le vale por momentos, pero en realidad no y yo bueno, yo tenía que mantener la calma, Ethan es el que menos se altera y en estos momentos estaba lanzando más vapor que una tetera a fuego.
—Ese maldito—, habló Ethan mientras se sentaba junto a nosotras enojado— ahora también tenemos que proteger al güerito porque está con Paloma... Belial me tiene de los cojones ya me estoy cansando de esta situación.
—Pues te va a tener más de los cojones saber que Nuriel casi abre la boca—, soltó Abril y Ethan me miró de golpe soltando un <<¿¡Que!?>>— y sabes qué, estoy de acuerdo con ella. La detuve, pero lo pensé bien—, dijo mientras abría los ojos, debido a que terminó su visión— si es cierto lo que dijo la pe...—, Suspiró—Nathali, él se acercará a ella para poseer su corazón primero y por lo que vi en mi visión, Belial se está metiendo con ella en sueños, sin olvidar mencionar que la marca de posesión esta reaccionando, lo que quiere decir que Belial está cada vez más cerca y, quizá más de lo que creemos.
—¿¡Como pueden si quiera pensar en abrir la boca!?—, habló Ethan alterado—sería desobedecer las ordenes de padre y tendríamos que enfrentarnos no solo con los demonios, sino también con los ángeles y estar con los caídos—, miró a Abril un poco apenado— sin ofender.
—Yo creo que a ti te molesta la idea de cierto caído cerca de ella—, hablé retante—te recuerdo que por ese caído Belial no a conseguido lo que quiere, su orgullo y obsesión hacia eso es lo que a mantenido a la tierra como está, por él nuestra esperanza está con vida y la tierra también.
—No estoy diciendo eso, Nuriel—, habló él retante también— gracias a ese caído Belial no ha conseguido su objetivo sí, tienes razón, pero también es la causa de que Paloma haya muerto en sus vidas pasadas—, pasó una mano por su pelo—y temo que si está cerca de ella en esta vida corra la misma suerte.
—Bien, dijiste que no lo quieres cerca de ella—, habló Abril desafiándolo con la mirada— si no querías decir eso ¿Qué quisiste decir exactamente?
—Yo no...—, el sonido de un carro detuvo nuestra discusión, miramos hasta donde se dirigía aquel sonido y vimos nada más y nada menos que a Paloma de la mano de Gael, Abril y yo sonreímos al ver eso— Estupendo lo que faltaba— bufó Ethan incomodo.
Les dimos un espacio para que pudieran sentarse y comenzaron las miradas de complicidad entre Abril y yo, y una que otra sonrisa para Paloma de <<Ya luego nos cuentas>> nos la pasamos bien, nos reíamos, peleábamos por la comida y otras veces porque Gael quería besar a Paloma delante de nosotros y ella no quería, pero de igual manera lo hacía y cada vez que lo hacía, nosotras chillábamos y reíamos como focas epilépticas y Ethan rodaba los ojos, luego Gael se recostó sobre los muslos de Paloma, se veían bastante tiernos la verdad, y me daba pena que ese chico pueda correr un destino trágico por estar cerca de ella. El tiempo pasó muy rápido, Gael tuvo que irse y nosotros fuimos hasta mi casa.
Ya estando en la cocina, comenzaron las preguntas incomodas hacia Paloma, la cosa era épica, Ethan celoso, Paloma nerviosa, Abril que le daba igual, pero no le daba igual.
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Destino 1: Destiny Bella Esperanza.
Fantasy¿Alguna vez han creído en el destino? Se han preguntado alguna vez ¿Qué tan fuerte puede ser el amor de dos personas que están destinadas a encontrarse, pero no pueden estar unidas? El destino los quiere juntos, pero la vida los quiere separados, má...