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Dabi: Bonita, esperaba otro recibimiento no algo tan aburrido como la explicación de cómo entre.

Tenerlo cerca de nuevo hacia que mi cuerpo se tensionara, ahora las cosas eran diferentes.

Dabi: Creo que debí esperar a que te desnudaras y luego hablar.

T/N: Claro que no. No voy a quitarme ni dejar que me quites la ropa.

Dabi: Segura?

Camine al sofá, él no se movía solo me miraba con esos ojos azules encantadores pero que sabia muy bien que no debía fiarme de ellos.

T/N: Creo en las segundas oportunidades y como heroína esta mal lo que haré pero vete!
Te dejare ir.

Dabi: Dejarme ir? Realmente quieres eso?

Soltó una carcajada mientras que se ponía de pie, camino hacia a mi. Retrocedí un paso y me puse en posición de ataque.

Dabi: De verdad vas a atacarme?

T/N: Vivo en un edificio no pondré en riesgo a las personas que viven aquí.

Dabi: No dejas tu papel de heroína ni siquiera en estos momentos, bonita?

T/N: Puedo hacerte volar por la ventana y asegurarme que no prenderás fuego este lugar.

Dabi: No lo haré, no vine por eso! Vine por ti.
Te lo dije antes de que salieras de mi habitación.

Esas palabras me estremecieron, en un segundo había bajado la guardia y tenia a Dabi frente a mi tomándome de las muñecas para que no pudiera moverme.
Una sonrisa diabólica se dibujo en su rostro.

T/N: Suéltame!

Dabi: Que vas a hacer?

Mientras decía eso acerco su boca mi cuello paso su lengua subiendo hasta llegar a mi oido.

Dabi: Que me hiciste?


T/N: Por que pregunta eso? Esta jugando conmigo? Calmate T/N! Debes controlarte o caerás a sus pies como la ultima vez.

T/N: Hacerte? Tu me secuestraste y me encerraste en una habitación.

Mi voz tenia un tono firme, debía concentrarme para no dudar ni un segundo. No se movía ni un centímetro de mi lado y la fuerza que hacia sobre mis muñecas era demasiada. Sabia que tenia que sacarlo de mi departamento para atacarlo y no poner en riesgo a nadie. La voz de Dabi me saco de mis pensamientos.

Dabi: Si, jamás pensé que no podría dormir durante 2 semanas por no tenerte entre mis brazos.

Mi rostro comenzó a ponerse rojo podía sentirlo. Este continuo diciendo

Dabi: Tu olor, tu calor, tu piel, tu sabor... todo era perfecto!

Cada palabra que decía la acompañaba del roce de su  boca en  mi piel hasta que acerco su boca a la mia pero se detuvo.


Mis dias en la UADonde viven las historias. Descúbrelo ahora