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Las faltas se irán corrigiendo a lo largo de la semana. Disfruten el capítulo <3


Salvada por la campana, o en todo caso, por el estridente sonido de mi teléfono móvil vibrando en la mesita. Lo señalé con una mueca incómoda.

—Oh, vaya...tengo que hablar con otra persona urgentemente—, alargué el brazo y leí el nombre de Camille. Reprimí el suspiro que quería salir de mi garganta—, ¡urgentísimamente!

Miller sacudió la cabeza.

—Que mal actúas.

Actuaba genial, de normal, era de las mejores actrices de mi elenco, pero no cuando me acababa de acordar que había besado a mi exnovio estando borracha y que el muy idiota me había correspondido.

—Lo que digas. —Me pegué el móvil a la oreja y amplié la sonrisa—, ¡hola, Camille!

—Dios, que efusiva suenas... ¡me encanta! ¿Qué? ¿Me echas ya de menos?

—Uy, sí, muchísimo—Miller me miraba de reojo, aguantándose la risa. Me levanté del sofá y fui hacia el pasillo, donde había mejor cobertura. Fruncí el ceño al momento en el que me quité de su campo visual—, ¿Cómo cojones pensaste que era buena idea decirle la dirección al mentecato este? ¡Y sin avisarme! ¿Tú sabes la que has liado, Camille Valdés? Pienso cogerte del moño en cuanto te vea y estamp...

—Ve a la puerta—me cortó en mitad de mi discurso agresivo.

—Espera, ¿¡estás aquí!?

Vale, puede ser que eso sí me alegrara más de lo que debería dadas las circunstancias. Pero si Camille estaba ahí, eso significaba mucho ruido y distracción, lo que, en palabras menores, suponía que Miller y yo no habláramos hasta dentro de muchas horas.

—Abre la puerta, va.

La notaba reírse dulcemente. Arrugué el ceño, pero los labios me delataban. Abrí la puerta y...

—Pero...si aquí no hay nadie.

Me asomé para ver mejor, pero nada. El rellano estaba vacío, a oscuras y con el mismo olor a marihuana por culpa de los vecinos de en frente que siempre. Hice una mueca, molesta.

—¡Obviamente! Pero ¿a qué molaría que estuviera? ¿Eh?

—Pero ¿Tú eres tonta o es que te caíste de pequeña?

Miller se asomó desde el sofá, divertido.

—Si te has enfadado significa que te hacía ilusión que fuera... ¡sabía que seguía siendo tu mejor amiga!

—Eres imbécil—y le colgué, enfurruñada.

Al volver al salón me crucé de brazos.

—¿Qué quería que era tan urgente?

Odiaba que estuviera tan tranquilo ante la vida, me daban ganas de darle un buen puñetazo en la mandíbula ancha y cuadrada. En serio, ese chico me estresaba demasiado.

—Mira, te lo voy a dejar claro—, me apreté los dedos, me estaban temblando demasiado—, puede ser que te besara la otra noche, pero eso no significa absolutamente nada. El alcohol transforma a las personas, ¿verdad?

Recordaba vagamente esa frase con la voz de Miller, y la vacilación en su cara me dio la razón.

—O sea, ¿que en realidad no querías besarme?

—Exacto. Y estoy segura de que, si no hubieras venido, habría besado a Gabe, y tampoco me gusta él, así que, déjate de tonterías sobre hablar las cosas ni mierdas porque...

Flores en el cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora