Deidara suspira como la quinta vez, no había nadie digno para apostar...nadie se anima a arruinar su vida y eso le quitaba la emoción al rubio.
Mira de reojo el cielo a través de la ventana, un hermoso día para salir o al menos para no estar aburrido.
Deidara: perro.
Llama sin dejar de mirar las nubes. Un cierto pelo negro hace una mueca, antes de ponerse a su lado, esperando la orden de su amo. Ha pasado una semana que el gran Uchiha es un animal, donde varios se burlan, incluso llegan al daño físico pero el único que puede darles órdenes es Namikaze Deidara.
Deidara: quiero que vayas con la presidenta del consejo estudiantil y pidas tu contrato de vida hum.
Itachi: ¿Qué?
Deidara: ya escuchaste y tráelo rápido hum.
El rubio hace un gesto desinteresado, mirando de reojo a su mascota que se alejaba, ya que el día será aburrido, él debería buscar la diversión y lo disfrutará tanto.
¿?: ¿Qué piensas hacer Deidara?
El nombrado mira a donde provino la voz, es su sempai, Sasori, el pelirojo que le tiene respeto por tener algo en común, el arte aunque también es uno de los jugadores más reconocidos del colegio, su interés aumento cuando perdió en una de las partidas.
Deidara: ¿Qué?, ¿Ahora no puedo jugar con mi mascota hum?
Sasori: deberías tener cuidado, el karma podría devolverte el doble.-suspira, mientras se sienta al lado del rubio y cierra los ojos.-deberias soltarlo.
Deidara: solo por que te incomoda estas cosas, no deberías defender a todas las masticas.
Sasori: nadie se merece ser tratado así.
Deidara: en realidad...-sonríe de lado, mostrando ese brillo en sus pupilas.-muchos se merecen ser tratado como esclavos, somos humanos, de una forma u otra nuestras almas son corrompidas y esta escuela es un ejemplo de ello hum.
Sasori: no lo dudo pero algunos son inocentes, obligados a seguir apostando para no ser juzgado.
Deidara: ¿Es por eso que juegas?,¿Para que te dejen en paz?
La campana hace que finalice la conversación, todos se acomodan en su lugar mientras el profesor ingresa al salón. Miro de reojo a Sasori que vuelve a su lugar, mirándome serio aunque sabía que no estaba de acuerdo con mi forma de tratar a mi mascota pero no me importa.
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.Al finalizar las clases, me dirijo hacia mi habitación, viendo cada página del contrato del Uchiha, este me sigue como el perro mugriento que es. Una vez que llegamos a mi habitación, ordeno que cierre la puerta y me siento al borde de la cama.
El contrato solo dice las normas y de por que no tiene voz ni voto el animal, un político o alguien con poder puede comprar una mascota con la cantidad que debe este último para saciar sus más bajos instintos, son esclavos de sus vidas y no importa si son de la realeza, todos deben cumplir con las reglas.
Deidara: ¿Quién será la afortunada de estar con el gran Uchiha?-preguntó divertido, mirándolo de reojo. Solo está ahí, parado, sin mostrar alguna expresión, el rubio vuelve a mirar la página.-podria ser esa chica gorda de segundo año que babea por ti, la pobre no se acerca por ser tan interesado en la apariencia y esto podría darte una lección hum. Aparte le darías una hermosa vida, eres el futuro líder el clan más poderoso de Japón, ella sería tu compañera, aparte te ayudaría en lo económico, ¿No crees?
Adentro del pelinegro gritaba con horror, no quería saber nada de una chica, ¡Menos de alguien tan fea!, apostaba todo de que es esa clase de chica molestas y que invadirá su espacio personal en todo momento, tocarla de daría arcadas.
Deidara: incluso escuché que ella quería tener 5 hijos contigo.-pone su mano en la barbilla, viéndolo con satisfacción por esa gotita de sudor por parte del animal.-pero como soy tan bueno, te dejare elegir~
Tira el contrato y se levanta para quedarse en frente del mayor, extiende su mano para acariciar su mejilla y limpiar ese sudor. Ambos se miran a los ojos, uno con burla y el otro con miedo pero por fuera ambos estaban serios, quieto como estatuas.
Deidara: puedes elegir a ella o a mi hum.-el Uchiha levanta una ceja por sus palabras.-serias mi esclavo perfecto para las apuestas y-se acera un poco, sintiendo su respiración chocando con el otro, sus labios a punto de tocarse.-sentí cierta atracción al ver esa mirada llena de determinación, eran de otro color, como rojo...la misma sangre que derramas a tus víctimas al perder todo.
El primero en atacar fue el rubio, quien rodeo el cuello del mayor para atraerlo hacia él, necesitaba tocar esos labios y ver la reacción, ambos mantenían sus ojos abiertos, desafiandose aunque de a poco, terminaba rindiendo y solo seguían. Al segundo sus lengua hacen contacto, escapando un jadeo por parte del Namikaze.
Lastima que necesitaba aire, dando ese motivo para separarse, sus respiraciones están agitadas y vuelven a mirarse con ese brillo de placer.
Deidara: ¿Y bien hum?
Itachi: prefiero esto que estar casado...con ella.
Deidara: suficiente para mí.
Lo agarra por la corbata para jalar hacia la cama y así recostarlo boca arriba, se coloca sobre su miembro y así agarrar el contrato junto con un bolígrafo. Necesitaba firmar esto y así enviarlo al consejo para que lo dejen en paz, por que ha pasado días que lo molestaban por no saber que destino dar al Uchiha.
Deidara: desde ahora me perteneces, ¿Escuchaste?
Itachi: si...
Deidara: ¿Si qué hum?
Itachi: si amo.
Deidara: así me gusta...
Animal.