Capítulo 4

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Señorita

Alejandro

Domingo 10 pm

Las calles desoladas del downtown me dan la bienvenida, casi un año sin venir.

Observo por el espejo retrovisor el auto de Máx, Cintia pasa por su lado esquivando a la moto de su hermano.

No voy a admitir delante de ellos que volver a verlos me tranquiliza, que no se muestren diferentes a lo que pasó me inquieta,porque no se si prefieren así antes de culparme.

Hay pocas personas, la mayoría personas muy jóvenes, esto no es lo que era antes. Me reclino para sacar del











Lunes 7:00 am

La recepción de la empresa luce completamente deshierta, los empleados llegarán en un par de minutos y me alegra que así sea, me gusta llegar y encontrar el edificio en completa tranquilidad.

Tomo el ascensor aún pensando en los próximos arreglos de mi Mustang y en el maldito dolor de cabeza que no se va. Asciendo al último piso encontrándome con la presencia de la nueva secretaria.

Se encuentra de pie a espaldas de mi arreglando algunos papeles en su archivador dejándome una vista espectacular de su trasero.

Madre de Dios esos pantalones de hilo me van a matar.

Sus facciones regulares, cejas bien marcadas , y mejillas redondas me provocan un gigil irrefrenable. Entreabre sus labios rosados y llenos en un suspiro cargado de estrés , desvía la mirada a su izquierda permitiéndome   detallar sus ojos negros inquietos ante la situación aún así proyectando fogosidad y oscuridad capaz de arrasar con la cordura del más puro Dios.

Mis pensamientos se contradicen , prefiero no tener ningún tipo de atracción por está chica aunque, a estas alturas es más que evidente .

— Buenos días señor Smith. — me sorprendo al escuchar su voz cantarina.

Camino en su dirección intentando aparentar normalidad , aún sabiendo que me quede a mitad de camino mirandola como un depravado.

— Buenos días señorita.— le devuelvo el saludo un poco recio.

Uno de los requisitos para entrar a la empresa fue regir mi comportamiento con respecto a mis relaciones ,la prensa buscará lo más mínimo para inmiscuirme en escándalos y eso no es algo que me beneficie. Mi llegada al continente americano se propagó de tal manera que "amigas y amigos" del pasado decidieron aparecer.

Los últimos años inverti mi tiempo estudiando administración de empresas en el extranjero,cosa que odié en su momento ,por lo que no estaba muy seguro de si quería seguir los pasos de mi padre pero como practicanente me obligó. Preferí obedecerlo y así cuando llegara el día hacer con la empresa lo que me pareciese  mejor. No es como si me importara mucho la verdad.

La cabeza me retumba.

Fue mala idea salir a correr ayer en la noche. Hace mucho tiempo no acudía a una fiesta, aceptar que ya no soy un universitario rebelde me tomo trabajo,pero la mano dura de Toshiro radicaliso esos hábitos, pero Kevin y Alexa insistieron tanto que no me quedo otro remedio, y no me arrepiento; la adrenalina valió la pena.

Mi oficina se me hace inmenso y solitario, no estoy acostumbrado a esto,sobre todo si paso la mitad del día revisando papeles y números.

Dos toques en la puerta me hacen caer en cuenta de que no estoy tan sólo como creí.

— Adelante.

— Señor

— Señorita

Todavía no se por que me llama señor,al parecer 24 años son suficientes para eso.

¡ En Sus Marcas, Listos... Te Odio ! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora