¿Amor?
La ira se apodera de mi cuerpo, el sonido de la ciudad a mi alrededor me molesta y el imaginarme sus labios en la boca de otro hombre me ponen enfermo.
Ella no me pudo haber hecho semejante mariconada.
Mi señorita no sería capaz
El mensaje sigue merodeando por mi mente, su absoluto nerviosismo durante la cena,el hecho de que me haya ocultado que se hablaba con ese tipo y sus asquerosas palabras lo único que provocan es que la aguja del acelerador me indique que debo reducir la velocidad o ocurrirá una catástrofe.
Todo lo que perdí por culpa de Aspen.
Liam
Aurora
¿Y ahora Verónica?
Debo acabar yo con él antes que se quiera adueñar de mi vida.
Llego a la casa en la que me estuve hospedando el último mes en apenas unos minutos. Y pensar que me inventé la historia absurda sólo para estar cerca de ella.
Porque si , está no es mi verdadera casa, el día que la encontré en el gimnasio estaba de pasada y me apetecía entrenar un rato a fin de cuentas el condominio es mío y tengo derecho a acceder a todos los lugares.
Hacia tiempo no venía y resulta ser que ella se acababa de mudar,era la ocasión perfecta para acaparar su atención y olvidarme de todos mis problemas. Por primera vez después de mucho tiempo le permitía a una persona entrar a mi vida de una manera tan imprevista ,y es que desde que la vi, sus ojos negros me dejaron hechizado , su torpeza me hizo saber que esa señorita iba a traer más problemas que una mancha en la camisa.
¡Maldita seas Verónica!
Entro al departamento que extrañamente tienen su olor característico a canela y menta , ha impregnado hasta el aire que respiro.
Dante me escucha al llegar, dicen que los perros perciben el humor de los humanos ,pues el mío lo ha hecho porque ni se molesto en acercarse a saludarme como hace siempre que me ve llegar.
Subo los escalones ensimismado en los pensamientos de ir a encarar a Aspen. Necesito sacarme la espina que llevo atorada desde hace tanto tiempo. Si la última vez terminó en coma,hoy va acabar muerto.
Rebusco en el último cajón el arma que pensaba no utilizar jamás en algo que la involucrara a ella y accediendo a los ataques de furia que hace varios días no experimentaba corro escaleras abajo. Voy directo a la cocina donde encuentro las llaves del McLaren, otro capricho estúpido que me di por ella.
Traer parte de la colección de autos sólo para aparentar que verdaderamente estaba viviendo aquí.
Llaman a la puerta ,dejo que hagan todo el ruido deseado y siento a mi perro impacientarse. Espero un rato hasta que Verónica se canse de armar el show que quiera, pero como comenté antes,es la persona más obstinada que conozco y no para hasta que abro.
Su expresión de asombro me enfada aún más. No quiero pensar en nada,y la última vez que quise eso no acabó muy bien que digamos.
—Necesitas escucharme.
Jalo de su brazo para que pueda entrar.
—Dos minutos—demande a lo que ella se atrevió a tocarme.
Me aleje evitando cualquier tipo de acercamiento por parte de nuestros cuerpos. Estoy nervioso, no pienso las cosas cuando entró en la penumbra y lo que menos quiero es hacerle daño a pesar de que sus actos lo merecen.
—Aspen es mi profesor en la universidad,sólo eso. Entre el y yo no hay nada. Lo juro—su voz aterciopelada jugo con mi credibilidad.
Me molestan las mentiras y más si viene de personas que me importan. Sobre todo ella , detesto el hecho de que en cierta forma mi estabilidad emocional dependa actualmente de esta chica .
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¡ En Sus Marcas, Listos... Te Odio !
Aléatoire-Quiero corromper tu alma, saciarme de tu piel y luego, destrozarte en mil pedazos. ¿Me dejas? - ¿Follas bien?- noto como se intensifica la sonrisa en sus labios. - Muy bien - presume con arrogancia -Corrompeme todo lo que quieras.