Capítulo 31

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La Evita de los cojones

—¿A dónde vas?— entro a su habitación y tomo mi celular.

—Necesito procesar lo que acabo de ver —me dedica una mirada comprensiva y en el fondo le agradezco.

¡Madre de Dios!

—¿No se lo puedo contar a nadie verdad?—camino a su lado directo a la salida.

—Hombre, agradecería que no lo fueras gritando por ahí, no es que te vaya hacer firmar un contrato o algo parecido, pero si se puede quedar entre los dos...— asiento confundida.

Me inclino y dejo un corto beso en sus labios.

Maldita estatura de Minion

—Regreso en unas horas—anuncio antes de cerrar la puerta .

Bajo las escaleras que van al parqueo prácticamente volando . Subo a mi Mercedes lo más rápido posible y como si hubiese salido de Rápido y Furioso, conduci a toda velocidad al centro de la ciudad.

—¿Estas sola?— es lo primero que le pregunto a mi mejor amiga apenas entró en su departamento.

Inspecciono el lugar en busca de vida humana y al parecer se encontraba sola.

Mejor, esto tenía que quedar entre las dos.

— ¿se puede saber porque tienes esa cara de "Dios matame, o sino lo hago yo"

Su tono de burla empeora la situación. Literal , sus comentarios en estos momentos me causan estrés.

Siento que cada día me alejo más de Dios. Si ese hombre supiera todo lo que he hecho y estoy dispuesta a hacer me condenaria a levantarle el puesto a Satanás.

—Vamos a sentarnos primero— la tomó de las manos .

Su cara es un poema, anda con un horroroso pijama de satin que le hace ver de diez años mas de los que tiene.

—Me asustas —deja vu.

—Eso le dije yo , y resulte gemada— explicar cosas a media se me da muy bien.

—No lo pillo— ni yo .

—Alejandro tiene un cuarto un tanto peculiar

—¿Tiene un cuarto rojo?—exclama a todo pulmón

—De espejos , está hecha prácticamente de ellos, no hay ni sola pared donde no este tu reflejo—sus labios se separan formando una O.

Es loco, este hombre cada día me sorprende más. Y no es que no respete sus gustos , sino que , esto es algo demasiado oscuro.

—No se que decirte —se queda unos segundos inerte en sus pensamientos.

Medito la posibilidad de que sea un maldito sádico y siendo honesta conmigo misma , esa idea no sería tan mala.

"En el fondo la idea te encanta"

Yo no dije eso literalmente

—No hace falta que digas nada , tal vez no sea algo tan malo. Es sólo un cuarto de espejos— me convenzo a mi misma .

En el fondo siempre supe que su movimientos a la hora del sexo tenían un trasfondo. Mira que , desear arrancarme el clítoris a mordiscos no era tan normal después de todo.

"Normal no eres tú que terminó gustandote "

—¿A ti en verdad te gusta?—cuestionó sin moverse del diminuto sillón

—Demasiado para mi gusto—admito

—No me estas pidiendo un consejo pero te lo voy a dar de todas formas—anuncia llegando a mi lado— si crees que puedes llegar a tener algo más allá de un trato meramente sexual, cuéntale la verdad antes que sea demasiado tarde .

¡ En Sus Marcas, Listos... Te Odio ! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora