After Party
Llegando a al hospital nos encontramos con los señores Cruz, que van saliendo. Al parecer ya le realizaron todos los estudios a la señora .
— Señores , perdonen por la tardanza, el tráfico estaba muy malo — Se disculpa Alejandro .
— No hay de que , los que deberíamos disculparnos seriamos nosotros por haberle arruinado la velada. Y bueno darles las gracias al la heroína de la noche — Se dirige a mi con una sonrisa muy agradable .
— No hay de que ,de veras — me apresuro a responderle .
La verdad no es que hiciera nada del otro mundo, simplemente ayude a una persona que estaba en peligro.
— Alejandro no ha tenido el placer de presentarnos . Me llamo Margaret Cruz y el es mi esposo Pedro Cruz — Está vez es la mujer la que habla .
Menos mal que se presentó porque sino sus nombres seguirían siendo una incógnita para mi .
— Disculpe por la descortesía— Se justifica Alejandro— ella es Verónica Saavedra, mi secretaria.
Por ahora, pienso pero no lo digo.
— La verdad mi esposa y yo estábamos pensando en invitarla a cenar a nuestra casa ,por supuesto usted también señor Smith, claro si están de acuerdo.
— Ahí estaremos encantados. Y gracias por invitarnos— la verdad estos señores me han tratado muy bien para conocernos de hace nada.
Nos despedimos de Pedro y Margaret con dos besos, ya que son españoles, aunque hablan muy bien el inglés. Apenas noté el acento. Me agrada saber que hablan español pues yo también lo hago , gracias a mi papá que me ayudó. Sus padre era mexicano y su madre cubana y aunque el nació en Houston se mudó a Ohio a los 18 por la universidad.
— Bueno señorita— agh cuanto odio ese apodo— porque mejor no nos vamos a divertir— uy esa sonrisa no me gusta nada— como es la primera vez que vienes a New York creo que un poco de diversión te vendría bien.
En realidad se supone que estamos en New York por trabajo, no para divertirnos , pero como el es el jefe,el manda .
— Perfecto— respondo emocionada ,la verdad me gustaría no estarlo , pero para ser sinceros una fiesta no le hace mal a nadie.
Nos pasamos todo el camino en silencio, cosa que la verdad ya se ha vuelto costumbre entre nosotros.
Por fin estamos aquí. Osea la discoteca, en la entrada hay una fila enorme , pero sorprendente pasamos si necesidad de hacerla .— ¿ Cómo nos han dejado pasar ? — pregunto incrédula.
— Soy un Smith, cariño, a nosotros nadie nos hace esperar — Pero que arrogante que es.
— Parece que se te olvida que no tengo la edad establecida para beber— la verdad no me preocupa , no es la primera vez que entro a una discoteca sin la edad establecida, solía hacerlo mucho con Marco.
— ¿Me vas a decir que nunca te has emborrachado?— la verdad no . Pero eso es otra de la tantas cosas que no le diré.
— Por supuesto que sí— respondo poco convencida, estos de las mentiras se me da muy mal ,pero él parece no se darse cuenta, o eso me dio a entender.
— Si tu lo dices.
La discoteca es enorme , muy lujoso, aunque estando en New York ,ya no me asombra nada, sobre todo después de ver la ciudad de noche cuando veníamos en camino. Subimos unas escaleras que llevaban a la sala vip. Desde allí arriba se veían a las personas bailando,sudadas, intercambiando saliva en el medio de la pista iluminada.
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¡ En Sus Marcas, Listos... Te Odio !
De Todo-Quiero corromper tu alma, saciarme de tu piel y luego, destrozarte en mil pedazos. ¿Me dejas? - ¿Follas bien?- noto como se intensifica la sonrisa en sus labios. - Muy bien - presume con arrogancia -Corrompeme todo lo que quieras.