He Reencarnado y Estoy ¡OP!

Capítulo 30

Luego de interrogar a los nobles lo que obtuve fue que el desgraciado de Kurotsu me estuvo investigando con espías desde hace unos años, aparte de que me estuvo espiando los nobles también me dijeron que Kurotsu ingirió droga demonio dos veces para poder aumentar su poder y así poder subir de nivel más rápido en algunas mazmorras.

Luego de estar subiendo de nivel como un loco, al sentirse invencible no perdió el tiempo y organizó un pequeño ejercito con algunos nobles conocidos de él, luego de algo de tiempo más logró su objetivo y comenzó a movilizar el pequeño ejercito hacia mi ciudad natal, en solo días todo el ejercito ya estaba dentro de las murallas y en solo unos días más comenzaron su asedio a la mansión, según los nobles él no sabía de mi ausencia en la ciudad, al no encontrarme en la mansión según los relatos él estaba furioso y dijo que iba a jugar con mi hermana, madre, Nana, Dina y hasta las criadas de la mansión hasta que ellas muriesen, solo de imaginarme por un momento el escenario casi ejecuto a los cuatro nobles.

Para suerte de los nobles ellos no tenían crímenes muy fuertes que pagar, solo algunas estafas y cosas pequeñas, por lo tanto, les deje vivir con la condición de que no dijeran nada y que si intentaban algo estúpido destruiría toda su ciudad.

Con los nobles fuera los siguientes que llegaron a la mansión fueron los padres de Kurotsu los cuales personalmente los llamé a una audiencia, al llegar los padres, me impresionó lo corteses que fueron, revise sus Estados y para mi sorpresa eran personas bastante buenas, no tenían ningún crimen, les conté los hechos y aunque estaban bastantes tristes y enojados por la pérdida de su hijo, se abstuvieron en hacer algo, solo me dijeron de que era inevitable que alguien terminara asesinándolo, sin más que hablar con los dos padres se marcharon.

Con tanto trabajo en la mansión les dije a las chicas que se sintieran como en su hogar y las deje al cuidado de mi madre y hermana mientras con mi padre y hermanos resolvíamos todo el desastre del papeleo y que las noticias no comenzaran a difundirse por ningún lado, para hacer eso tuve que sobornar a todos los soldados que anduvieron con Kurotsu ese día, tardamos algunos días pero logramos hacerlo sin matar a nadie, bueno casi nadie, algunos se negaron y ya que no eran blancas palomas los borré.

Luego de arreglar todo el desastre comencé a arreglar mi desastre personal, le explique a mi madre que mi relación con las chicas era solo de compañeros de armas, pero también le dije a solas que la verdad me gustaban las cuatro al igual que Dina y muy probable había una chica un poco mayor que también me caía bastante bien, mi madre solo me dijo que con tal las respetara que no tenía problema con que tuviera varias parejas, por parte de mi padre me dijo que estaba orgulloso de mí, mis hermanos algunas veces solo por bromear me preguntaron si las chicas tenían hermanas que se las presentara, Lala fue un poco más complicado, aunque al principio parecía feliz de que haya regresado al enterarse que viajaba con las chicas se puso un poco rígido el ambiente, no le agradaron mucho las chicas, pero terminó aceptándolas.

Ahora, la que más me costó calmas fue a Dina, sus padres fueron hasta mi casa donde me contaron de que ella estaba muy triste, según lo que ella les decía era de que la había engañado, ambos padres me pidieron que hablara con ella, fui hasta su casa y me dejaron entrar en su habitación donde ella estaba, al principio ni me quería mirar y solo me decía mentiroso mientras lloraba, me costó, pero luego de abrazarla mientras ella se intentaba alejar de mí comenzó a llorar más fuerte mientras dejaba de moverse y correspondía al abrazo, estuve con ella por horas mientras solo le sobaba la cabeza y le susurraba al oído, le explique mi encuentro con las chicas y que solo eran mis compañeras, pero también como sentía que le estaba mintiendo también le dije que me agradaban y que muy probable ellas me aceptaran, al decirle eso ella me dijo que si esa era mi decisión no tenía problema en aceptarla pero que no me olvidara de mi promesa, le dije que siempre me iba a casar con ella a toda costa y que aunque tuviera más esposas no iba a abandonarla, aunque todo era a futuro, aun no tenía planeado casarme.