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"No sé por qué no me había dado cuenta de todo esto cuando podía correr libremente y sintiéndome feliz, o por qué pensaba entonces que la felicidad estaba siempre delante de mí, en el futuro, en los días en que sería mayor, capaz de tomar mis propias decisiones, ir por donde quisiera, ser yo mismo. ¿Por qué no se me había ocurrido nunca pensar que ser niño no era suficiente? ¿Por qué pensaba yo entonces que la felicidad es algo reservado solamente para los mayores?"

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La familia Lee era de esas familias perfectas que pintan en las películas. Eran una pequeña familia de apenas 6 integrantes, pero que compartían tanto en común, sobre todo el amor.
Han y Minho eran un matrimonio feliz, teniendo seis años de casados y 4 hermosos hijos, con personalidades hermosas, tez blanquecina como la nieve y sonrisas que derriten el corazón, aunque no son biológicamente de Jisung, para él son sus pequeños.
Pero para poder hablar de lo perfecta que es la familia Lee, debemos introducirnos a toda la historia que los engloba.
Minho lleva casado con Han 6 años, sin embargo, su hijo mayor tiene 16, debido a que antes de Jisung existió otro amor para Minho.

Todo se remonta a la época de secundaria en donde Lino estudiaba su último año y su novia iba un grado menor a él. Todos los días Minho pasaba por ella a su casa para irse juntos a la escuela y si les daba tiempo, que siempre les daba, darse uno que otro beso antes de entrar.
Su hermosa Soyeon estudiaba en el ala este de la escuela así que siempre pasaba a dejarla a su salón para después irse al suyo, aunque bueno, para ser sinceros Minho también amaba ir a su salón porque así veía a un lindo compañero de su novia que tenía grandes cachetes. Lino amaba verlo pues le causaba demasiada ternura el observarlo inflar sus cachetes antes de un examen o una exposición cosa que sabía gracias a qué su novia le decía cuando tenía ese tipo de actividades. Aún así, eso no significaba que le gustara, no no, él era hetero, tenia que serlo o si no tendría problemas con sus padres.

Pasaron años y su relación con Soyeon se torno más fuerte, hasta que un día la menor le dijo que estaba embarazada; fue algo difícil de asimilar pues Minho tendría que dejar muchas cosas, la más importante: bailar, cosa que amaba con todas sus fuerzas ya que le permitía salir del mundo unos momentos para concentrarse en la música que parecía mezclarse en sus fibras nerviosas y moverlo a su antojo. Pero aún así, amaba más a Soyeon, por lo que no dudo en dejarlo todo para buscar un empleo y así darle a su futura familia una buena vida, le costaría sí, pero su amada y el (o la) pequeño bebé lo valían.

Pasaron los nueve meses con el amor a flote, estaban siendo padres muy jóvenes pues el mayor tenía 16 y la menor 15, pero se amaban y eso era lo que importaba. Finalmente, nació un pequeño niño con unos hermosos ojos negros y unos pequeños, pequeñisimos hoyuelos que se le hacían al sonreír, ambos decidieron llamarlo Chris.
Cuando Chris había cumplido exactamente un año, la sorpresa no se la llevó el bebé si no Minho, que recibió de su querida chaparrita un "estoy embarazada otra vez amor"

Y así fue como nueve meses después nació otro pequeño bebé, era aún más pequeño que Chris y su rostro traía la galaxia entera en pequeñas y bien distribuidas pecas, la pareja estaba demasiado feliz con su nuevo hijo, se alegraban que fuera niño pues así jugaría con Chris. Después de muchas discusiones que terminaban en besos llenos de amor, decidieron nombrar Félix al nuevo integrante de su pequeña familia.

Pasaron los años y su familia se había mantenido así de pequeña, no necesitaban más, Felix y Chris se complementaban tan bien... estaban juntos todo el día, hacían karaoke con el control de la tele como micrófono; hacían modelaje con la ropa de papá y aveces (casi siempre) con el maquillaje de mamá; jugaban todo tipo de juegos, desde escondidillas hasta peleas, claro que estás últimas con cuidado y siempre en modo de juego, incluso cuando Chris llegaba a pegarle más fuerte a Félix, el primero siempre corría hacia el menor y lo abrazaba mientras le daba besitos curadores en la zona dañada.
Incluso Minho había encontrado una estabilidad económica buena, por lo que se dio la libertad de comenzar a bailar de nuevo, lo hacía en casa, en un pequeño cuarto que había adaptado para esto. Bailaba durante horas después del trabajo, dejándose llevar por las notas hasta que terminaba exahusto y se iba a dormir.