Para Damián Irzu su mayor prioridad es que su familia esté unida y sus nietos, Alois y Héctor sigan sus pasos. Con el paso de los años, Damián educó a sus nietos con la única intención de que deberían continuar trabajando en su empresa para que su fortuna no caiga manos equivocadas. Sin embargo, con el paso de los años, tanto Alois como Héctor decidieron elegir sus carreras, las cuales no tenían nada que ver con lo que su abuelo le imploró. Al ver que sus nietos se llevan mal, y su edad avanzada le avisa que debe retirarse de la presidencia, Damián conoce a Laura y a través de un chantaje le exige que debe hacer lo posible para que sus nietos hagan las paces y así poder realizar su sueño de ver a sus nietos dirigiendo su empresa. Querer no es obligar. En esta historia nuestros protagonistas nos contarán como a pesar del empeño de Damián porque cumplan con sus órdenes, sólo conseguirá que los lazos de su familia vayan rompiéndose, llenando de odio con sus acciones el corazón de sus nietos.