Bendito sea el día que el universo unió los caminos de Tamara y Venus. Bendita la suerte de encontrarse cuando la fe estaba perdida. El loco amor de una ingeniera civil que encontró en la indigente con los ojos más hermosos del mundo todo lo que necesitaba para ser feliz nos demostrará que no importa el dolor, mucho menos la clase social cuando el sentimiento es honesto. © 𝘘𝘶𝘦𝘥𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘩𝘪𝘣𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘳𝘦𝘱𝘳𝘰𝘥𝘶𝘤𝘤𝘪ó𝘯 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢 𝘩𝘪𝘴𝘵𝘰𝘳𝘪𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳 𝘮𝘦𝘥𝘪𝘰 𝘰 𝘱𝘳𝘰𝘤𝘦𝘥𝘪𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰, 𝘺𝘢 𝘴𝘦𝘢 𝘦𝘭𝘦𝘤𝘵𝘳ó𝘯𝘪𝘤𝘰 𝘰 𝘮𝘦𝘤á𝘯𝘪𝘤𝘰; 𝘢𝘴í 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘭𝘢 𝘱𝘳𝘰𝘥𝘶𝘤𝘤𝘪ó𝘯 𝘥𝘦 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘥𝘦𝘳𝘪𝘷𝘢𝘥𝘢𝘴 𝘴𝘪𝘯 𝘭𝘢 𝘢𝘶𝘵𝘰𝘳𝘪𝘻𝘢𝘤𝘪ó𝘯 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘢𝘶𝘵𝘰𝘳𝘢.