- 14 -

844 62 12
                                    

Mis ojos no se despegan del titular y las fotos mías pixeladas. ¿Esto es legal?

—Charli —Chase me toma por los hombros—, lo resolveremos, lo prometo.

—Esto es... —susurro, pero callo de inmediato cuando una loca teoría se pasa por mi mente, pero espero todo de parte de Diego—. ¿Y si él me sacó fotos cuando...?

Río de mala gana, porque la situación me sobrepasa y sólo quiero que esto acabe de una vez.

—Nunca tuvo suficiente con lo que me hizo. Nunca tuvo suficiente de mí.

—Le informaremos a mi madre, ella sabrá que hacer —volvimos a entrar al palacio. Lo miré alarmada y negué frenéticamente con la cabeza—, ¿por qué no?

—¿Y si ella no me cree? ¿Y si cree que soy una mala influencia? ¿Y si...?

—Mi madre nunca te pondría en duda, ella te creerá. Estoy seguro de que hará lo que esté a su alcance, ven, vamos a su despacho.

—¿He escuchado que hablaban de mí? —di un salto cuando la madre de Chase apareció enfrente nuestro con una cálida sonrisa.

—Necesitamos ayuda con algo importante, madre.

—Por supuesto, vengan a mi oficina.

Con un nudo en la garganta empecé a relatar mi historia, un poco más resumida, claro. Para mi consuelo, ella creyó en mí y nunca me puso en duda.

—Haré lo que esté a mi alcance para solucionar esto, cariño.

Asiento distraídamente. Chase y yo nos levantamos de los asientos, pero antes de irme, me acerco a Charlotte.

Muerdo mi labio inferior.

—¿Puedo abrazarla?

Ella sonrió y sus brazos me envolvieron en un abrazo que hizo que deseara que mi madre estuviese aquí también para abrazarme. Luego de un rato nos separamos, y al fin nos fuimos de nuevo a la habitación.

—¿Te gustaría hacer algo esta tarde? Estoy libre.

Mis mejillas se sonrojaron al sopesar la idea que acababa de tener.

—¿Podemos estar acostados viendo películas y comiendo helado?

Con cualquier otra persona esto parecía algo de lo más normal, pero todo lo que a él lo involucraba era más privado, más íntimo.

Después del transcurso de unos segundos Chase reaccionó y asintió.

—Claro, ¿Cheesecake de Frambuesa?

—Estás en lo correcto, Hudson, es mi favorito. Mientras, buscaré alguna película.

CHASE HUDSON

Fui a la cocina a buscar el helado del refrigerador. Tenía una cassata de un kilo, pues sabía que era su favorito y en algún momento le darían ganas de comer un poco. Llevé también dos cucharas y volví a la habitación.

Dejé la cassata y más cucharas sobre la mesita de luz y preparé la cama para poder acostarnos en ella. Charli miraba la televisión fijamente.

—¿Ya escogiste una película?

Hizo un sonidito de negación.

—Hay una de romance y una de terror, pero he visto las reseñas en Internet y dicen que la de terror es muy mala, ¿Cuál vemos?

Veo la pantalla y sonrío con malicia sin que ella me vea.

—Conozco la de terror, me la ha recomendado un amigo —miento—, veamos esa.

Giró su cabeza hacia mí, forzó una sonrisa, temerosa, y asintió.

Sabía que este tipo de películas no le gustaban porque le dan miedo, y por esto mismo la elegí. Cuando se asuste, lo más probable es que me abrace, por lo que seguramente se pasará la película entera abrazada a mí.

***

—¿Ves? No ha sido tan terrible, ya ha terminado.

—Dilo por ti, yo morí de miedo. Definitivamente, nunca podría quedarme dormida durante una película de terror.

Hizo una pausa para bostezar.

—Espérame un momento, iré al baño —asentí.

Esperé unos minutos desde que Charli se fue al cuarto de baño, hasta que escuché cómo se lavaba los dientes me levanté rápidamente y en silencio, tomé el pomo de la puerta antes de que ella intentara abrirla.

—¿Chase, eres tú? —carraspeó, asustada— Que sepas que no me gustan para nada este tipo de bromas, eh.

Reí silenciosamente. Dejé de forcejear la puerta cuando pareció que se había alejado un poco de esta, rápido fui a la entrada de la habitación y fingí estar entrando justo cuando ella salió del baño.

—Te estaba llamando —me dice.

—Oh, lo siento, un amigo me ha llamado y he salido un momento del cuarto, ¿qué sucede?

Se rasca la nuca y hace una mueca.

—Creo que hay que revisar la puerta del baño. He intentado salir y se ha quedado trabada —suspira—. Pero ya, vamos a dormir.

Me acosté con ella nuevamente. Ambos estábamos de espaldas mirando el techo en completo silencio. Sentí la mirada de Char sobre mí.

—¿Estás dormido?

Hago un sonidito de negación.

—¿No puedes dormir? —pregunto, ahora mirándola por la tenue luz de la luna que entra por la ventana.

Cautelosamente se acerca a mí y me pasa un brazo por sobre la cintura.

—¿Te molesta si dormimos así hoy?

—Para nada, tú tranquila.

Asintió, pegándose aún más a mí.

Sonrío al ver que mi plan ha ido a la perfección. Acaricio el cabello de Charli hasta escuchar su relajada respiración, que me indica que se encuentra en un profundo sueño, por lo que yo decido hacer lo mismo.

Crown | Chase y CharliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora