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CHASE HUDSON

Ahora mismo nos encontramos disfrutando del calor de las playas de Brasil junto a Selena y Tyler. Charli está poniéndole bloqueador a los niños mientras que yo preparo unos sandwiches para merendar.

—Mamá, parezco un mimo —alegó Selena.

—Si te llegas a quemar te arderá la piel, prefiero que parezcas un mimo a tener que ir al doctor por quemaduras, cariño.

Me les quedo mirando con ternura. Charli es muy preocupada cuando de los niños se trata. Se preocupa por ellos las veinticuatro horas, está dando lo mejor de ella en este nuevo rol de madre, estamos aprendiendo juntos a ser unos buenos padres para esos dos hermanos.

Tyler se acerca sigilosamente a mí sin que Charli lo note, se acerca a mi oído y susurra.

—¿Podemos hacernos de esos tatuajes que trae el señor? —señaló un hombre que hacia tatuajes temporales.

Hice una mueca.

—Mamá no va a querer, se enojará —me encojo de hombros.

—Por eso te pido ayuda, papá. Tú puedes convencer a mamá.

Me aclaré la voz para hablarle a Charli.

—Linda...

—No se harán tatuajes temporales —habló, sin siquiera escuchar antes lo que diría.

—¡Pero mamá! —insistió Tyler— ¿Por qué no?

—Podría darles alergia. No sabemos con qué químicos hacen esas tintas raras.

—Ya sé —sonreí—. Levanten la mano quienes quieren tatuajes temporales.

Tyler y yo levantamos la mano. Selena se quedó viendo a Charli con una sonrisa para luego levantar su mano.

—Somos tres contra uno —le sonreí.

—¡Está bien, ustedes ganan! En el bolso hay dinero.

Por suerte, el hombre hablaba nuestro mismo idioma. Nos mostró la tabla de tatuajes.

—Pueden elegir en esta variedad de diseños. Duran entre cinco y siete días. Lo ideal es no mojarlo hasta después de veinte minutos.

Los niños y yo elegimos nuestros respectivos tatuajes, luego nos pusieron un molde en el lugar que queríamos dicho diseño y con un aerosol negro pintaron nuestra piel.

—¿Y qué diseño querrá la señorita? —preguntó el señor, haciendo referencia a Charli, que negó frenéticamente con la cabeza.

—Ah, no. Yo no me haré ningún tatuaje.

Reí al ver que los niños le hacían ojitos para convencerla.

—Nosotros te podemos elegir uno, sabemos que te gustará.

Charli me miró buscando ayuda, pero yo sólo me encogí de hombros. Ella hizo una mueca.

—Está bien —accedió de mala gana—. Pero sólo uno y que sea pequeño.

Entre los tres nos pusimos a rebuscar algún diseño bonito. Si escogíamos alguna tontería probablemente se enfade con nosotros.

Al final optamos por una pequeña corona que Charli decidió ponerse en la parte de las costillas. Selena se tatuó un gato en el brazo derecho, Tyler un superhéroe en su brazo izquierdo y yo me puse un león en la parte de la nuca.

—¿Podemos ir al agua? —preguntó Tyler— Ya pasaron los veinte minutos que dijo el señor.

Asentí. Miré a las chicas.

Crown | Chase y CharliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora