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CHARLI DAMELIO

Resoplo.

—Me aburro —reclamo.

—Pues vete al circo —añadió mi secuestrador con sarcasmo.

—Claro, lo haría si no estuviera atada a una maldita silla, pedazo de idiota.

Me ignoró rotundamente. Suspiré mirando al techo y luego volví a fijar mi atención en él.

—¿Podrías al menos decirme tu nombre?

Me miró como si yo fuera la razón de todos sus problemas.

—Alex, ¿contenta?

—Satisfecha. Empecemos de nuevo, soy...

—Charli Hudson —se calló abruptamente—, oh, es cierto, no lograron casarse. Sigues siendo Charli Damelio, lo siento, mi error.

Entrecierro los ojos hacia él.

—Ja, ja, qué gracioso eres.

Pensé en qué más podía hablar, pero, ¿esto era normal? ¿Charlar con tu secuestrador?

—¿Cuál es tu signo zodiacal? —cuestiono.

Suspirando, cierra el libro que estaba leyendo y centra su atención en mí.

—¿De qué te serviría saberlo?

—Eso tal vez explicaría tu personalidad de mierda. En fin, ¿Cuánto te pagaron mis ex novios por secuestrarme?

Arruga las cejas.

—¿Los dos son tus ex novios? Y además, ¿Cómo sabes que Poe también estaba involucrado?

Sonrío satisfecha.

—Pregunta trampa, gracias, ahora estoy segura de quiénes me han encerrado aquí. Ahora, respóndeme.

Me miró de pies a cabeza.

—Tienes un buen potencial de reina, te encanta mandar. Lástima que no llegarás a ese papel. No me han pagado nada, sólo estamos saldando cuentas. Ahora tú respóndeme a mí.

Ruedo los ojos.

—Se podría decir que si —como puedo me encojo de hombros—. Poe y yo éramos niños y sólo fue algo de una semana, nada importante. Pero con Diego... —desvío la mirada—, fue distinto, él hizo que la relación terminara, él...

—¿Si eres consciente de que no me interesa tu vida privada? —me corta.

—¿Tienes algo mejor que hacer que escucharme?

Esta vez, él puso los ojos en blanco.

—Bien, habla antes de que me arrepienta.

—Él...

—¡Charli! —pegué un brinco cuando Diego entró a la habitación de la nada— ¿Cómo va tu estadía aquí, muñeca?

Se acerca a mí y toma un mechón de mi pelo entre sus dedos, enrollándolo.

—Te agradecería que guardes distancia conmigo —susurro.

—Siempre tan a la defensiva —tomó mi mentón, a pesar de que yo intentara que me suelte.

—Sueltame —ordeno.

—¿Por qué? —sonrió.

—Porque eres peligroso —lo miro fijamente a los ojos, intentando que la furia en mi mirada él la note.

Crown | Chase y CharliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora