CHARLI DAMELIO
Hace ya un par de minutos que salimos del restaurante. Sólo tenía ganas de llorar y despertar de la pesadilla que parece tan real en estos momentos.
No quería que mi madre viera mis lágrimas. No lo valía, después de todo, el contrato ya estaba firmado, la cena sólo fue para informarme de lo que mi madre había hecho.
Al llegar a casa, avisé que iría a pasar la noche con Andrea. Sólo quería estar con ella.
Crucé la calle, abrazándome a mí misma ante el frío, seguía con ese maldito vestido.
Toqué la puerta de la casa de la persona que hacía que todavía estuviera y me sintiera con vida. Mi mejor amiga.—¡Charli! —la madre de Andrea me recibió— ¿Por qué vienes tan elegante? ¿Teníamos una cena de la que no me enteré?
—No se preocupe. Es una... larga historia. ¿Podría quedarme a dormir hoy? No me siento muy bien.
—Claro. Pasa, mi hija está en su habitación.
Apenas cruzo el umbral de la habitación las lágrimas que tenía retenidas salen al fin, empapándome el rostro.
—Charli, cariño. ¿Estás bien? —ella se me acercó a tomarme el rostro. Yo negué— Ven aquí. Llora todo lo que necesites.
Me tomo la cabeza con ambas manos, desesperada.
—Me casaré cuando cumpla la mayoría de edad. Estos meses que faltan me ensañarán a ser una de ellos, Andrea —sollozo—. Mi postura es un asco. No sé caminar sin tropezarme. Los tacones, la ropa ajustada... Y de mis brazos —los señalo, algunas cicatrices que la base no ha logrado cubrir sobresalen— ni hablar. No soy suficiente para esto.
—Charli. Eres suficiente para todo y todos, ¿entiendes? Y si no te aceptan, pues se pierden de mucho. Estaré apoyándote estos tres meses. Practicaremos juntas si es necesario, ¿me oíste?
Sus palabras bonitas sólo hacen que quiera llorar más.
—¿Qué hice para merecerte? No sé qué haría sin ti.
—Debes descansar, ¿de acuerdo? Mañana será un largo día.
Al día siguiente
Gruño cuando quien supongo es Andrea me remueve.
—Charli, despierta. Han venido a buscarte.
—¿Qué? —adormilada miró el reloj. Dejó caer dramáticamente mi cabeza en la almohada— ¡¿Empezamos hoy a las nueve de la mañana?!
Suspiro, intentando calmarme.
—¿Podrías prestarme un poco de ropa? No puedo ir con el vestido de ayer. Y no creo que deseen esperar a que vaya por ropa a mi casa.
—Claro, toma lo que quieras. Mi armario está a tu disposición.
Tomé unos pantalones anchos y un polerón del mismo estilo. No me venía mucho eso de usar algo muy ajustado.
Al terminar, bajé y salí de la casa de mi mejor amiga. Había una limusina esperándome, y alguien más en la puerta trasera, supongo que para abrirme o algo parecido.
—¿Tan pronto empezamos? —cuestiono, todavía con los ojos pequeñitos— Aún no son ni las 10 de la mañana. Y es fin de semana —hago un puchero.
—Señorita Damelio, suba y le indicaré lo que tiene que saber —este abrió la puerta y yo subí, dio vuelta por la limusina y subió a su asiento para manejar.
—Bien... Sé que toda esta situación es extraña, pero, ¿podría no decirme Señorita Damelio? Con Charli está bien —sonreí.
—Soy Louis —hace una pausa—, y dígame Louis.
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Crown | Chase y Charli
FanficLa corona. Ser una princesa no es solo sonreír, usar vestidos glamurosos y portar una corona. Ser una princesa era esfuerzo y dedicación, dar todo, sangre y sudor, para que todo sea perfecto. ¿Cómo ser una buena princesa? ¿Habían libros que lo ex...