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CHARLI DAMELIO

Desperté tras sentir un flash sobre mi rostro. Como fuera otro periodista...

Abro un solo ojo, encontrándome con Andrea y Kimberly sacándonos una foto a mí y a Chase, que nos encontramos abrazados.

Andrea suspira dramáticamente.

—Son tan lindos juntos.

—¿Tan difícil es dejarnos dormir? —bostezo. Me separo cuidadosamente de Chase y me estiro un poco.

—Se veían muy tiernos así abrazados, no pudimos evitarlo.

Me paso las manos por la cara y veo el reloj en la mesita. 07:36a.m.

—¿Por lo menos hicieron el desayuno? —niegan con la cabeza— ¿Entonces para qué me despiertan?

—Pues... Esperábamos que tú hicieras esos ricos crepes con fruta que te quedan exquisitos.

—¿Hay gente en el palacio?

—Sólo unos cuantos sirvientes.

Bostezo nuevamente. —Está bien, espérenme abajo.

Ambas, triunfantes, salen de la habitación. Con pereza me levanto y me dirijo al baño. Me lavo los dientes y me pongo algo cómodo por ahora, al menos, no tengo que ponerme nada formal.

Robo una camisa de Chase y me pongo unos shorts, luego me cambiaré. Al bajar a la cocina, Kim y Andrea están sentadas en los taburetes de la encimera de la cocina, mientras que en esta —por suerte— ya se encuentran todos los ingredientes que voy a utilizar.

Ambas miran silenciosamente cada movimiento que realizo con el ceño fruncido, como si no entendiesen nada de lo que hago.

—¿Por qué preparas tanta mezcla?

—Les recuerdo que en el palacio viven más personas, les llevaré el desayuno a los reyes y a Chase.

Aproximadamente una hora después, terminé el desayuno. Le agregué un poco de miel y unas cuantas frutas picadas a los crepes, puse todo en bandejas y me dirigí a la habitación de los padres de Chase. Me agradecieron por el gesto mientras que yo sólo decía que no era molestia.

Al ir a nuestra habitación —con una bandeja con el desayuno para mí y para Chase—, Chase seguía tal cual me fui: durmiendo.

Me acerco a él y revuelvo su cabello, haciendo que se remueva en la cama.

—Chase, he traído el desayuno, despierta.

Entreabrió los ojos y sonrió al verme. —¿Esa camisa es mía?

Asentí.

—Te la robé, quería algo cómodo. Las chicas vinieron a despertarme para que les hiciera el desayuno.

—¿Chicas? —se levanta de la cama y va al baño, alza la voz— ¿Qué chicas?

—Ya sabes, Andrea y Kimberly —se asoma por el umbral del baño con el cepillo de dientes en la boca—. Apresúrate, los crepes aún no se enfrían.

***

Pego una carcajada tras el chiste malo de Chase. Tocan nuestra puerta y al permitir el acceso, Marie se asoma y nos mira con una sonrisa.

—Buenos días —hace un asentimiento de cabeza que yo imito—, tienen visita.

Marie sale del cuarto y entra Scarlett con la mirada gacha. ¿Y a esta qué le picó?

—Si vienes a seguir faltándome el respeto te pido amablemente que te retires, Scarlett.

Se aclara la voz.

Crown | Chase y CharliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora