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Fui nuevamente al living, la madre de Chase estaba hablando con Marie, yo me acerqué a escuchar.

—Honestamente, reina Charlotte, la señorita Charli ha mostrado un gran desempeño estos últimos días. Aprende bastante rápido.

—Son excelentes noticias. Estoy al cien por cien segura de que Chase se casará con ella. Ambos podrán lidiar con todas las responsabilidades, lo presiento.

Finjo pasos para demostrar que mi presencia se haría próxima. Saludé a Marie y me dirigí a Charlotte.

—Chase ya está mejor, aunque la temperatura ha bajado, siento que podría volver a subir, ¿qué medicamento puedo darle?

—Ve a dormir linda, yo cuido de él. No dormiste en toda la noche.

Asiento, pero me quedo en mi lugar.

—Pero antes, me gustaría hablar de un tema importante con usted.

—Por supuesto, te escucho.

—Bueno, es sobre el profesor nuevo. Hay unas conductas que son... incómodas. Es decir, el primer día, no quería que tomara su clase si no usaba una falda que era demasiado corta, por suerte Chase habló y me pude quedar. Pero en el caso de Scarlett... ella sí usó la falda y el profesor le miraba por debajo.

Ella parece sorprendida con cada palabra que sale de mi boca, pero aún así no duda de lo que le digo.

—Es... increíble. El señor Philips nunca ha mostrado un comportamiento como este, pero es grave y haré lo que sea para solucionarlo. Gracias por Contármelo —sonrió—. Ahora sí, vamos a ver a ese chiquillo.

Al volver, Chase y Kimberly hablaban abiertamente. Me alegraba que Chase no fuera una persona desconfiada.

—Chase, hijo, ¿todo en orden?

—Estoy bien, mamá. Ya se me pasará.

—Te prepararé una limonada caliente, luego de tomarla te sentirás mejor.

Asintió sin querer reprocharle a su madre.

—Madre, estaba pensando, y... me parece buena idea que Kimberly se quede en el palacio por unos días, así podría pasar más tiempo junto a Charli, ¿no crees?

—¡Es una buena idea! Claro que puede quedarse, tenemos habitaciones de sobra.

—Muchas gracias, reina Charlotte.

—No te preocupes, querida. Eres una más de la familia, siéntete como en casa.

Charlotte salió de la habitación y pronto volvió con la limonada para Chase.

—No me gusta la miel —alega Chase.

—Te tomarás la limonada te guste o no —determino.

Chase fingió tener escalofríos.

—Sonaste igual que mi madre, ya me das miedo.

Le entrego la taza que toma de mala gana, a la vez que inevitablemente le bostezo en la cara.

—Lo siento —sonrío.

—Ve a ponerte algo más cómodo y duerme —me dice mientras me hace un espacio en la cama.

Asiento, porque el sueño me carcome y siento que en cualquier momento me quedaré dormida parada.

Con pereza voy al baño y me pongo un pijama de seda negro. Cuando ya estoy lista, vuelvo al cuarto, y en cuanto mi cabeza toca la almohada, mis ojos se cierran y me fundo en un profundo sueño.

CHASE HUDSON

—Al parecer tenía mucho sueño —murmura Kimberly.

Crown | Chase y CharliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora