7) Las tres mosqueteras

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Tuve que levantarme pronto a la mañana siguiente. Sentía mi cuerpo mucho más pesado cuando recién desperté por el cansancio. Llegué tarde a casa, pero ni mi madre ni mi padre se percataron de ello porque, como les sugerí, se fueron a acostar a su hora. Intenté quedarme diez minutos más aún si sabía que no conseguiría dormirme. La persiana ya estaba subida, entonces supuse que mis padres llevaban despiertos un rato.

Me lavé la cara y bajé a desayunar. Aún no había encendido mi teléfono, pero sabía que Taehul habría concertado una salida esta tarde para ponerse al día sobre lo que pasó ayer, y yo no tendría opción alguna a negarme. Así fue.

Era domingo. Día de limpieza, cosa que suelen hacer las sirvientas pero mamá piensa que eso sí es necesario para mi vida dado que es higiene. Por lo visto, subsistir no está en esa lista de prioridades. Barrí todo el piso de arriba, limpié el polvo y las ventanas, dejando mi habitación la última porque debía hacer la cama y recoger un poco el desorden. Me dispuse a ello. Retiré las sábanas, amontonándolas en el suelo para, posteriormente, bajarlas al cuarto de la colada. Traté de llevarlas sin caerme o tropezarme, con éxito, pero Jungkook no me lo puso fácil.

Antes de que pusiese un pie en el primer escalón comenzó a cantar fatigado, con la voz entrecortada, como si le costase. Se me abrieron los ojos de par en par cuando una figuración se precipitó en mi cabeza. ¿No le da vergüenza? Corrí hasta deshacerme de las telas y volví a mi habitación. ¿Por qué esta vez si puedo controlarme a mi misma en vez de caer sumida en la hipnosis?

Alcancé mi teléfono, busqué su contacto y le escribí molesta. Seguía escuchando esos ruidos indecentes que me estaban haciendo entrar en pánico. ¿Por qué tienes que cantar para hacer eso? Presioné mis labios en una mueca exasperante, notando como se formaban pequeñas arrugas en mi frente.

¡Jeon, para de hacer eso! —

Tardó un minuto en contestar que se me hizo eterno. Debí haberlo llamado pero... no sé si habría sido una buena idea.

— ¿El qué?

¡Sabes perfectamente a qué me refiero! —

— La verdad es que no.
— Explícate.

¡Deja de hacer esos ruidos! —

— Se llama cantar.

No me refiero a eso. —

— Solo estaba cantando mientras hacía ejercicio.

¿Ejercicio? —

— Si... Estoy en el gimnasio.

Amm. —

Que fallo. Me reí sola de la vergüenza. Lo último que leí fue que me había dejado en visto pero no me importó. Prefería que no comentase nada más al respecto, sin embargo, casi diez minutos más tarde respondió.

— ¿Pensabas que estaba...?

No. —

JAJAJAJAJJAJAJA. Si, lo estabas pensando.

Te dije que no. —

𝘐 𝘉𝘦𝘨 𝘠𝘰𝘶 𝘚𝘪𝘯𝘨  +¹⁸   «𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora