— Y luego me dijo que lo dejase en paz. Que bipolar es —como es normal, la chica de pelo largo quejándose de su insoportable hermano que parece no querer salir de la pubertad—. No lo aguanto a veces.
Taehul y yo la prestamos nuestros servicios de consejeras mientras que Jimin, Hoseok y Taehyung se encuentran inmersos en su juego del móvil. Todos estamos carnalmente reunidos en la misma mesa de picnic del campus, esperando por nuestra próxima clase, sin embargo, no todos lo estamos mentalmente. Hago morritos y me cruzo de brazos, apoyándolos sobre la mesa. Jimin cada vez tiene el móvil más cerca de la cara y, si sigue moviéndose y saltando cada vez que pulsa en la pantalla, creyendo que así su avatar cogerá más velocidad o impulso, acabará cayéndose al suelo.
— No se unnie... Pasa de él. ¿No dices que solo te hace caso cuando le conviene? —pregunta totalmente segura de la respuesta— Pues cuando te necesite, no le ayudes. Eres demasiado buena.
— Estoy con Taehul — informo apuntándola con el pulgar.
Deja de andar en líneas horizontales y se sienta totalmente abatida. Como me alegro de no tener hermanos, sería una completa pérdida de tiempo, de salud mental y perjudicial para mi persona. Taehyung grita victorioso, recibiendo miradas asesinas por sus dos amigos, y eso hace que me asuste. Me levanto aburrida en dirección a Jimin y lo abrazo por la espalda, posicionando mi mentón en su hombro y mis brazos alrededor de su cuello.
— ¿Cuánto queda para la siguiente? —sabe a qué me refiero. Desliza su dedo por la pantalla y dice un número a secas: cincuenta.
Me incorporo con la mirada perdida en los árboles, la maleza y los estudiantes que van de un lado a otro por el paseo de cemento. Uno en concreto llama mi atención. Va con paso ligero, mirando unos apuntes en una carpeta y me recuerda un poco a alguien que no logro descifrar. Lo sigo con la mirada, viene en nuestra dirección y, un poco antes, a cuatro metros más o menos, choca con una persona desconocida para mi, desperdigando la mayoría de las hojas que estaban en sus manos. Tengo la corazonada de que necesita ayuda, y dado que ninguno de los que se cruzan con él se la proporciona, camino con normalidad hasta su lugar y me agacho a recoger parte del desastre.
— Mierda, mierda, no —maldice para sí—. Me llevará todo el día organizarlas.
No objeto nada, solo me paro a mirarlo unos segundos. Enserio que se me hace muy conocido. Vuelvo a juntar papeles y cuando ya no veo más se los tiendo.
— Muchas gracias —se inclina ante mi—, no hacia falta — hago una mueca con la boca y lo miro de arriba-abajo.
— ¿Estudias Medicina? — señalo los documentos impresos.
— Farmacia —corrige, a lo que abro la boca asumiendo mi error—. Perdone, no le he preguntado su nombre. Que despiste — las guarda en su mochila con prisa y se la coloca en su espalda.
— Kang Shiyi. ¿Y el tuyo? — sonrío por su nerviosismo. Sé que es menor que yo, pero mide mucho más.
—¿Mi nombre? —asiento obvia— Soy Jeon Jungsuk.
— No seas tan formal conmigo, te me haces conocido pero no recuerdo a quién —profundizo más mi mirada en la suya—. Por casualidad, ¿tienes algún hermano o hermana que estudie aquí?
— No, no tengo —niega rápidamente—. Siento no serte de utilidad —vuelve a hacer una reverencia. Mira la hora en el reloj de muñeca y se despide.
Asiento y se aleja. Suspiro pesadamente. ¿Entonces por qué se me hace tan similar? Vuelvo a la mesa donde mis amigas han decidido ver memes en Instagram y los tres chicos llevan a cabo su cuarta partida del día. Me siento y retuerzo mis labios pensando, sin tardar mucho en quitar la idea que ronda mi mente para sacar uno de los libros que rellené de apuntes.
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𝘐 𝘉𝘦𝘨 𝘠𝘰𝘶 𝘚𝘪𝘯𝘨 +¹⁸ «𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤»
Fanfic» Historia basada en los POV's de TIKTOK: Donde Jungkook puede escuchar cantar a su alma gemela, y viceversa. «𝗟𝗮 𝗺𝘂𝘀𝗶𝗰𝗮 𝗲𝘀 𝗮𝗺𝗼𝗿 𝗯𝘂𝘀𝗰𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮𝘀 - 𝗟𝗮𝘄𝗿𝗲𝗻𝗰𝗲 𝗗𝘂𝗿𝗿𝗲𝗹𝗹» • Somos como el aceite y el agua...