13) La leyenda

345 41 0
                                    

¿Por qué no contestas los mensajes? —Taehul apareció por mi espalda, sin asustarme, pues es muy propio de ella y a estas alturas ya me es como una pequeña constumbre, aunque de todos modos tenía esa intención cuando coloca su mano en mi hombro— ¿Y los demás? — se sienta a mi lado.

— No lo sé —no quito la vista de mi libro—. Jimin se fue a la biblioteca y Seokjin desapareció después de salir de clase. ¿Yungyuk? — pregunto.

— Está en días rojos. Me escribió esta mañana para que no la esperase porque tiene dolores de estómago. Dice que tomó pastillas pero que se le han acumulado tanto los dolores como los nervios por los exámenes y las ha vomitado —explica, provocando una cara de asco en mí—. ¿Qué lees? —bruscamente, levanta la tapa del ejemplar para ver la portada— ¡Oh, dios mío! ¿¡"Te espero en Miami"!? ¿¡Cómo lo has conseguido!? ¡Estaba agotado!

— Shhh — posiciono mi índice en mis labios para que, por lo menos, baje el volumen.

— ¡No me mandes callar! ¿De dónde lo has sacado? Me lo prestarás, ¿a que sí?

— No lo he comprado; es prestado, por lo que no, no puedo dejártelo — confieso y regreso a mi lectura.

— ¿De quién es? ¿Quién más lee a Paul Sidney a parte de nosotras? —no respondo— ¿Jimin? No, él no. ¿Seokjin? —continúo con mi silencio intentando entender lo que estoy interpretando— ¡Yah! Es de Seokjin, ¿o no? ¡No me ignores!

— ¡No, no es de Seokjin! —grito, en el mismo tono sin enfado, pero con fastidio— Es de Jeon — casi que lo he susurrado.

— ¿Quién es Chon? — pregunta desorientada.

— No, Chon no —la indico que baje el volumen cerciorándome de que nadie haya escuchado—. Jeon.

— Te vuelvo a hacer la misma pregunta — se desparrama por la mesa, a mi izquierda, y me arranca un suspiro. Marco la última página que he leído completa y lo cierro.

— Es mi alma gemela — la miro con tranquilidad.

— ¿¡El chico del restaurante!? —vuelve a gritar. ¿Por qué serás tan escandalosa Hyun Taehul?— ¿Estáis saliendo y no me lo has dicho?

— Solo somos... Amigos — ¿es correcto ese término?

— Eso significa que habláis —sonríe—. ¿Cómo te acercaste a él al final?

— No me hizo falta —aviso, voy a mentir—, él se acercó a mí casualmente. Hablamos del tema y pues... Nos conocimos — alarga una vocal, entendiendo mi explicación.

Me siento mal por mentirle. No creo que se opusiera a ello en primer lugar, pero Hyun y Jeon tienen que conocerse algún día que espero que sea muy lejano y estoy segura de que, entonces, ya no le agradará tanto.

— Si lee estas joyas —coge el libro, me lo muestra—, es el indicado Shiyi — y me apunta con su dedo.

Suelto un sonido gutural irónico que no nota porque se ha quedado admirando la portada.

— Ten cuidado no lo manches — digo cuando pasa sus dedos por ella.

— Si, no queremos que tu amorcito se enfade —mi cara muestra desaprobación y sorpresa. En cualquier caso, no me veo bien—. No pongas esa cara — se ríe.

— Ni quirimis qui ti amirciti si infidi — hago burla y se ríe el doble.

— Me voy a clase — señala las escaleras de piedra que debe tomar como camino.

— Genial, ya puedo leer — digo bromeando. Hago una mueca para que sepa que es así y que, en realidad, no quiero que se vaya.

— Yo también te quiero — hace la misma cara.

𝘐 𝘉𝘦𝘨 𝘠𝘰𝘶 𝘚𝘪𝘯𝘨  +¹⁸   «𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora