4) La invitación

452 49 4
                                    

Toda la clase se había vuelto un caos frenético por apuntar lo último que se había escrito en la pizarra. Mi cuello se partiría en cualquier momento por moverse a velocidad constante de arriba hacia abajo y hacia los lados para copiar de Jimin cosas diminutas que mi vista no consigue captar. Mientras tanto, el profesor va nombrando según encuentra tu trabajo corregido. Park termina y le pido que coja mi trabajo, puesto que aún no he terminado, pero Seokjin está por salir cuando da media vuelta, dispuesto a recogerlo por su amigo, y por mí. Le dedico una mirada llena de amor.

La noche que él me llevó a casa no escuché a nadie cantar. Me alegré bastante. A la noche siguiente, con Jimin en mi casa de nuevo, tampoco. Me sentí extraña, pero muy feliz de poder estudiar en paz y, por supuesto, le conté todo lo sucedido. Él no termina de aceptarlo o creerlo, pero para mi la prueba del silencio es conclusiva. Kim Seokjin es mi alma gemela... Todo el tiempo estuvo tan cerca... El fin de semana tampoco cantó por la noche, solo una pequeña serenata por la tarde, donde su voz se seguía escuchando en un tono muy bajo, comparado con las anteriores veces. Informé también a mis amigas, las cuales se alegraron en demasía por mí y anulamos el plan venganza que íbamos a llevar a cabo el sábado. Me esforcé en cantar lo mejor que pude esa tarde mientras pensaba y me sentía feliz de saber que era Seokjin el que me estaba escuchando a la distancia. El lunes, el martes y el miércoles tampoco fueron distintos.

Finalizo la oración con un punto, planto el bolígrafo en la mesa y doy vueltas a mi muñeca dolorida, cosa que dura poco tiempo, pues debo darme prisa para alcanzar a los dos morenos.

Al atravesar la salida, ambos están hablando al final del pasillo y, por sus caras, no parece una conversación tranquila. Me doy prisa hasta llegar junto a ellos.

— Gracias por esperarme —los interrumpo—. ¿Me das mi trabajo? — pido informalmente.

El más pequeño nos observa, pero a su amigo le tira una mirada descontenta. ¿Quizás hayan discutido?

— Aquí tienes —lo saca de su mochila y me lo da—. Sacaste un 10, felicidades — complementa guiñándome el ojo.

El castaño se pone detrás de mí y posiciona su mentón en mi hombro para ver también mis correcciones juntos, según paso las hojas. No tengo fallos, solamente un comentario del profesor felicitándome por mi resultado

— A veces me pregunto por qué eres tan inteligente con lo mal que te organizas — susurra Park en mi oído, eso me hace cosquillas por la espalda y me río alejándome de él.

— No es para tanto. ¿Que habéis sacado vosotros? — pregunto interesada.

— Los dos tenemos un 8 — contesta Seokjin.

— Si —afirma—. Veo que las clases particulares sirvieron de algo — habla al aire con una sonrisa rara hacia el más alto.

— Shiyi explica muy bien — se defiende.

La gente está abandonando las aulas, eso nos hace seguir la corriente hasta la salida. Es última hora, lo que significa que puedo irme a mi casa. A mitad de camino, Kim llama mi atención. Jimin se ha ido por otra calle y supongo que el restante me acompaña hasta la parada de bus.

— Shiyi —me giro hacia él haciendo un sonido de garganta afirmativo—. Me gustaría agradecerte por lo del jueves pasado. Mis padres y yo vamos a ir a un restaurante el sábado. Hemos estado ya un par de veces. Es muy bonito y la comida está riquísima —se explaya—. ¿Querrías acompañarnos?

— Oh... No lo sé. No tengo nada planeado para ese día, pero de verdad no hace falta que me agradezcas nada — le explico.

— De verdad me gustaría que vinieras. Ya hablé con mis padres y les parece buena idea. De hecho —añade—, ellos insisten en que te lo agradezca.

𝘐 𝘉𝘦𝘨 𝘠𝘰𝘶 𝘚𝘪𝘯𝘨  +¹⁸   «𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora