— Entonces... ¿Kim Namjoon? — repetí su nombre para asegurarme de que lo archivé mentalmente de forma correcta.
— ¿Kang Shiyi? — respondió bromeando, haciéndome sonreír.
Después de su intento de huida, Jungkook salió corriendo detrás de él para dejarle claro que no molestó ni interrumpió nada —de milagro— y traerlo al camerino para hacer las presentaciones.
Dar paso a su amigo en la habitación fue como una luz verde a hacernos preguntas, extremadamente profundas, sobre nuestra "conexión", eso en cuanto Jeon pronunció las palabras: alma gemela.
Se le veía muy interesado y, si bien me parecíó imponente desde el primer momento en que nos cruzamos allá afuera, su mirada y forma de actuar corresponderían sin problema a un niño pequeño.
Por varios minutos, la conversación fue solo entre él y yo porque sus cuestiones iban dirigidas hacia mí. Sin ningún problema le respondí a lo que sabía o creía que podía ser una respuesta, asemejándonos a las vecinas chismosas de los barrios antiguos.
Jungkook, sentado en medio de los dos, nos miraba tal como si observara un partido de ping-pong, colocando su mano sobre mi pierna cuando se sintió excluido, su gesto pasó desapercibido para Kim pues lo hizo con mucha calma y sigilo, pero no para mí, que le dediqué una rápida mirada mientras argumentaba mi contestación.
— ¿Uhm? A JK también le pasó eso alguna vez — dijo con inocencia.
— ¿Cómo? — expulsé intrigada.
El moreno a mi lado se mantuvo en silencio a pesar de haber sido expuesto, con la mirada fija en su mano que acariciaba mi muslo, seguramente, recordando aquellos momentos.
— Si. No sucedía con frecuencia, supongo que tú no cantarás tanto como nosotros, pero una vez le encontré aquí como si estuviera congelado —explicó—. Nuestra jornada había empezado pero no había rastro de él en los salones —señaló la puerta, refiriéndose a lo que había tras ella—, entonces vine a buscarle y se podría decir que lo pillé.
— Nunca me contaste eso — me quejé empujando su brazo.
— Tú tampoco me dijiste nada. Pensé que solo me pasaba a mí — abrió sus ojos y se defendió.
— ¿Aún te pasa? — Namjoon cortó nuestra pequeña pelea, donde yo agitaba el brazo de Jungkook y el mi pierna mientras nos recalcábamos la falta de información.
— No, desde que nos conocimos ya no — aclaré. El más alto dirigió sus ojos a su compañero, haciendo la misma pregunta pero sin palabras, y este negó con la cabeza acomodándose en el respaldo.
— La última vez se escuchaba como si tuviera puestos unos cascos, pero podía moverme y oír lo que sucedía a mi alrededor — detalló.
Atendí cuidadosamente a sus palabras, mirando su expresión seria, recordando a la vez mis experiencias. El castaño no habló más, en su lugar, nos examinó uno a uno con una sonrisa, cuál padre orgulloso de sus hijos.
Yo me empecé a sentir nerviosa porque cada vez que sus ojos se posaban en mí, Jungkook hacía lo mismo y yo los intercalaba entre ambos con un silencio incómodo de fondo que, afortunadamente, fue roto por el tono de llamada de mi móvil. Los tres giramos la cabeza en dirección a mi bolso, tirado y esparcido por el suelo.
— ¿Por qué está en...? — señaló el objeto, esperando una respuesta que ninguno de los dos dimos.
Por mi parte, me levanté para atender la llamada y, por otro lado, Jungkook se deshizo de su contacto visual, mirando a la pared desnuda.
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𝘐 𝘉𝘦𝘨 𝘠𝘰𝘶 𝘚𝘪𝘯𝘨 +¹⁸ «𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤»
Fanfiction» Historia basada en los POV's de TIKTOK: Donde Jungkook puede escuchar cantar a su alma gemela, y viceversa. «𝗟𝗮 𝗺𝘂𝘀𝗶𝗰𝗮 𝗲𝘀 𝗮𝗺𝗼𝗿 𝗯𝘂𝘀𝗰𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗽𝗮𝗹𝗮𝗯𝗿𝗮𝘀 - 𝗟𝗮𝘄𝗿𝗲𝗻𝗰𝗲 𝗗𝘂𝗿𝗿𝗲𝗹𝗹» • Somos como el aceite y el agua...