14) Mejores amigos

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Estoy cansado —cierra su carpeta y la tira en el colchón—. Creo que he leído esto tantas veces que voy a colapsar y no voy a conseguir memorizar nada más.

— ¿Descanso? — empujo la silla hacia atrás y, con mi cabeza reposada en el respaldo, lo observo sobarse la cara.

— Si, por favor.

Sonrío y me levanto para recoger todo mi desastre, sintiendo que él también lo hace con mucha más prisa. Me doblo para ver la hora de mi reloj: las diez de la noche.

Estoy echando en falta a Jeon, y argumentaré esto antes de que se piensen que me volví loca. Hoy es viernes y, como todos los viernes por la noche, el moreno se hace presente con alguna canción, sin embargo ya es bastante tarde y aún no he oído nada por su parte. Al ver a Jimin abandonar mi habitación regreso del mundo de mis pensamientos y lo sigo hasta las escaleras que dan con el amplio salón.

— ¿Alguna película en mente? — alcanzo el mando y se lo tiendo.

— Miraré, a ver que hay — lo acepta y se acomoda en el centro del sofá con las piernas cruzadas.

— Voy a por refrescos y palomitas. ¿Qué quieres? — camino hacia la cocina con el cuello torcido en su dirección.

— Lo que tu quieras, pero pretendo dormir cuando llegue a casa — responde sin prestarme atención. Su principal cometido es encender la televisión, pinchar en la aplicación de "Netflix" y elegir la película de la noche.

— Entonces no cafeína — hablo al aire.

Mamá no está en casa aún. Esta semana está siendo un caos en el hospital. Casi es invierno y no quiero saber que cantidad de enfermedades puede traer esta estación del año. Lo frustrante es que, aquí, la gente asiste al médico inclusive por un resfriado, entonces eso mantiene a los médicos bastante ocupados. Por otro lado, papá no debe de tardar mucho.

Abro el frigorífico y juego a pinto pinto para elegir mi bebida. Limón con gas para Jimin y Aquarius para mí.

Dejo las latas en la encimera y procedo a preparar las guarrerías que nos harán engordar posteriormente. Programo el microondas y llevo lo demás a la mesa frente a la televisión. En otra ocasión simplemente se lo hubiese ordenado al servicio, pero la mayoría ya se han ido a casa y los restantes tienen otras ocupaciones más importantes.

Seokjin dice que... —salto en el sitio debido a un susto— ¿Qué haces? — me mira sorprendido y confundido.

— Espera —me apresuro a colocar todo y prevenir algún accidente ya que casi tiro las patatas y las bebidas—. Me he asustado, Jeon acaba de empezar a cantar.

Me había pillado desprevenida y el contraste de escuchar dos voces a la vez, una más fuerte que otra, tan de repente sigue siendo nuevo para mi. A veces me pasa esto, quiero decir, asustarme por no estar atenta a lo que sé que pasará en breves. Jungkook últimamente no siempre canta a la misma hora. Unas veces lo hace más pronto y otras más tarde. Por el momento lo estoy llevando bien y, supongo que él también, puesto que yo no lo molesto para nada. De todos modos presiento que, a pesar de que es su trabajo y vive de ello, no canta tanto como solía los primeros meses que comenzó toda esta... No sé ni como llamarlo. ¿Locura quizás? No le pedí que se abstuviera, aunque era mi idea inicial, porque entiendo que la música está más ligada a él de lo que pude llegar a imaginarme. No es como yo, que no he sido de escuchar música frecuentemente, solo cuando paso tiempo con mis padres. En conclusión... Por eso no lo hice. Su vida gira entorno a ella, entonces no puedo ser egoísta...

Ey... —agita sus manos en el aire para llamar mi atención— ¿Puedes oírme o no?

— Si, si. Perdón estaba... Escuchando.

𝘐 𝘉𝘦𝘨 𝘠𝘰𝘶 𝘚𝘪𝘯𝘨  +¹⁸   «𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora