26) No somos almas gemelas

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Gracias a Park Jimin no conseguí mi propósito, pero si quedar como una patosa frente a todos los mayores que hablaban animados en su círculo fraternal. Creo que nunca me he sentido tan avergonzada en mi vida después de lidiar con más de seis pares de ojos sobre mi, los cuales me analizaban, buscando en su galería mental alguna cara semejante a la mía para descifrar quién soy; o me miraban de pies a cabeza, conociéndome de sobra gracias a la reciente fama que he obtenido por Seokjin.

¿Que te ha rechazado? — dice Taehul luego de darle un largo trago a su bebida.

— Si —yo, cruzada de brazos y apoyada en la mesa que ocupamos antes, no podía dejar de pensar en la escena. Kim nunca me había tratado así—, pero me sorprende más la forma con la que lo ha hecho.

— ¿Uhm? — a estas alturas, empiezo a considerar que los niveles de alcohol en sangre de mi amiga son elevados porque se balancea de un lado a otro y no es el primer interrogante por falta de atención que me dedica.

— Deja eso ya —forcejeo y le quito la copa, dándosela al primer camarero que pasó por mi lado—. Necesito apoyo, luego te emborrachas todo lo que quieras.

— Mi copa... —susurra con voz aniñada, como si hubiera tirado lejos el osito de peluche sin el que no puede dormir, viendo como el moreno se aleja de nosotras— No pagues tu fracaso conmigo.

— Te la paso porque estás borracha —la advierto—. ¿Qué hago? Tengo que hablar con él urgentemente sobre...

— Buenas noches señoritas —se manifestó la voz más hermosa del mundo—. ¿Se les ofrece algo?

Con impaciencia, mi cabeza se giró hacia su dirección y la característica sonrisa que se dibujaba en mi cara con tan solo oler su perfume apareció. Posiblemente mis ojos chisporrotearon al ver su bonita presencia, incluso mejor de la que pude haber imaginado antes.

— Tu pelo es muy bonito, ¿puedo tocarlo? — mis ojos se abrieron ante el comentario de Hyun. Jungkook me miró más asustado que cualquier otra cosa, palpando como la morena cada vez estaba más cerca de él, entonces tuve que intervenir.

— Taehul —nombré justo en medio de los dos, bajando los brazos que extendió, dispuesta a usurpar su espacio personal—, te presento a Jungkook. Jungkook, ella es Taehul, está como una cuba, no se lo tengas en cuenta — su risa se hizo presente detrás de mí, puede que repentinamente divertido por la cara de perrito que se le formó a la alcohólica.

— Y yo que venía a ofreceros más bebida — sonreí mirándole un segundo, anonadada con su majestuosidad, aún con ella en mis brazos.

— Dame todo lo que tengas — demandó clavando sus ojos en él.

— Antes que nada, encantado de conocerte Taehul y, no, ya no hay más para tí — subió las cejas, sintiendo sus palabras.

— Tu novio no me cae bien — se reincorporó colocando su vestido, creyendo tal vez que así recuperaría algo de autoridad en este lugar y se fue.

Suspiré, viendo como casi se choca con una columna y medité sobre si debía ir tras ella y evitar que el número de ridículos de esta noche aumentase. No obstante, pensé que se lo merecía y debía aprovechar el poco tiempo y oportunidades que tenía con Jeon, quién, por mi cara de vergüenza ajena, dedujo mis pensamientos.

— Estará bien — alzó los hombros segundos después cuando lo observé, confirmando que eso no era cierto.

Varias personas nos estaban mirando pero no era por algo concreto que hubieramos hecho, sino porque éramos los individuos que dejábamos a aquella alma vagar sola a consciencia. Puede que luego se le sumara el hecho de que seguíamos juntos, hablando, y el moreno era un camarero cualquiera a ojos de la mayoría que no merecía mi atención.

𝘐 𝘉𝘦𝘨 𝘠𝘰𝘶 𝘚𝘪𝘯𝘨  +¹⁸   «𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora