18) Es él

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Esta vez si me desperté en la cama. He descubierto que a Jungkook le gusta leer y ver series hasta quedarse dormido cuando no tiene nada que hacer al día siguiente y, dado que por la nevada, no puede ir a trabajar, se le ha presentado la escusa perfecta para holgazanear. Doy vueltas en el colchón, extrañamente exhausta a pesar de haber dormido las horas mínimas recomendadas, mientras escucho cajones abrirse y cerrarse en el exterior de la alcoba. Con el dorso de la mano, froto mis ojos y diviso la persiana subida. Jungkook ha estado aquí.

Recuerdo la conversación a gritos que tuve por teléfono con Taehul ayer por la tarde. No le ha gustado mucho la idea de que esté en este lugar pero tampoco quise engañarla, de todos modos, me va a cubrir porque me la debe. Por otra parte, Jimin ha hablado con Jungkook por mensajes, no sé en que momento intercambiaron números de teléfono y se hicieron tan cercanos, pero gracias a eso no hizo falta que le contase sobre el tema. Solo alegó y deseó que Jeon tuviese condones. Casi lo bloqueo.

Capto pasos en mi dirección y me hago la dormida antes de que la puerta se abra. Supondré que el moreno está recorriendo la habitación o, por lo menos, está echando un vistazo desde el umbral. El colchón se hunde por mi lado izquierdo y siento su mano sacudirme por el estómago.

— Arriba... Ya es de día — susurra.

— Umm... —me quejo—. No quiero... Estoy cansada.

— Pero si no hiciste nada ayer —se ríe e intenta incorporarme, por mi parte trato de ser un peso muerto para que le cueste pero es sorprendente la facilidad con la que lo ha conseguido—. Vamos —alarga las vocales—, tengo una sorpresa.

— ¿Qué sorpresa? — abro un ojo.

— Si no te levantas, no lo sabrás.

Echo la cabeza hacia atrás y suspiro.

— Voy, voy... — me ayudo de mis manos para bajar de la cama y seguirle hasta la cocina a tientas, peinando mi pelo que por cierto, sigue ondulado y debería de lavármelo, y restregando mis ojos.

Presenta ante mi dos platos con tortitas, nata y frutas. Waoh, se ha esmerado, tienen una pinta deliciosa.

— Por favor dime que no eres alérgica a alguna fruta porque no tengo ni idea de todas las cosas que he troceado y... — mira los platos orgulloso, con las manos en la cadera en el momento en que lo interrumpo.

— No, no. Muchas gracias Jungkook — extiendo los brazos, pidiendo un corto abrazo que me proporciona mientras que acaricia mi cabeza con suavidad.

— Me has llamado por mi nombre — una sonrisa boba se pinta en su cara y soy testigo de ella cuando alzo la mirada rodeada por sus brazos aún, cosa que no dura mucho porque me pongo nerviosa ante tanta cercanía.

— ¿Y? — ladeo la cabeza.

— Que siempre me llamas Jeon.

Miro puntos en el aire al azar, la verdad no capto el porqué de su sorpresa. Todo para acabar levantando los hombros, sin importancia, no obstante, para él debe de significar mucho porque la forma de sus labios perdura durante el desayuno. Me empieza a preocupar lo psicópata que se ve. No es para tanto.

Al terminar, me dan ganas de volver a lanzarme a la cama pero él, al verme las intenciones, específicamente, mis pasos lentos hacia atrás seguidos de una vuelta rápida que indica que voy a echar a correr, me captura con los brazos, haciéndome volar en el aire, hasta depositarme al otro lado de la puerta de la habitación.

— Ya has dormido mucho. Hoy tienes otras cosas que hacer — sonríe ladino y me hace sentir el verdadero miedo. Después del comentario de Jimin no he podido evitar malpensar esa oración.

𝘐 𝘉𝘦𝘨 𝘠𝘰𝘶 𝘚𝘪𝘯𝘨  +¹⁸   «𝐉𝐞𝐨𝐧 𝐉𝐮𝐧𝐠𝐤𝐨𝐨𝐤»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora