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Estaba esposado a la mesa, con el vidrio enfrente mío, sabía que el estaba ahí, viéndome. Yo seguía con el corazón destruido. No podía creer que yo la había matado.

Destruí algo hermoso...

El entró, con su maldito traje caro y serio. Se sentó al frente mío, y yo me recargue en la silla, retandolo

—Te pudriras aquí —vocifero

—Sabes bien que puedo salir

—Si, lo sé —me contestó —Pero no lo harás—dijo—La culpa te carcome, lo noto en tu mirada, ¿Si realmente la amabas, por que la mataste?

—La bala no era para ella, imbécil—dije enojado —Pero tienes razón, si no era mía entonces no sería de nadie y menos de ti —escupi con desprecio eso.

—Tu no sabes nada de mí —dijo enojado

—Te equivocas, se todo de ti.

—No dejaré que salgas de aquí —dijo levantándose

—No saldré —dije llamando su atención —Nunca me perdonaré lo que hice.

El se dio la vuelta y prosiguió a irse

—Pero deberías cuidarte la espalda —dije

Anastasia se veía conmigo, ella estará feliz cuando sepa de esto. Y creeme el pagará caro por este error.

El se detuvo

—Nunca sabes quien te traicionaria

El regreso y me dio un puñetazo, me dolió como no puedes imaginar y quería matarlo en ese mismo instante, moví mis manos pero estaban estáticas.

El salió y yo escupi sangre. Ese maldito me las pagará.

Me trasladaron a la prisión de alta seguridad, pero estos imbéciles no sabían que yo tengo influencias ahí, pobres ingratos. Yo les doy de comer y me tratan mal. Pero había que aparentar con él, para que él se quedara tranquilo.

Ya había pasado un año de la muerte de _______ y yo seguía sin poder superar eso. Tenía más ataques de ira y depresión, no podía controlar lo que sentía y la psicosis estaba cada vez peor.

—Tienes visitas—escuché al guardia.

Salí de mi celda para trasladarme a donde estaba la visita.

Me sorprendió verla. Tomé asiento y el teléfono

—¿Anastasia? —dije en modo de sorpresa

—¿Sorprendido? —rió —Supe que la mataste —torció la boca —Pero Él ha estado muy mal.

Entonces, se me ocurrió una brillante idea. Sonreí a más no poder.

Pero su rostro se volvió el de ______.

—La mate porque no soportaba que el té metiera los cuernos—dije poniendo mi mano en el vidrio —Eres una gran mujer, brillante, hermosa y te amo por ser eso, me haces un hombre mejor.

Ella se sorprendió y habló, fue entonces que ______ desaparecio y volvió Ana

—No sabía que sentías eso por mí

Estúpida zorra, no es para ti. Pero quiero que el sufra, sufra lo que yo

—No quería decirte porque sabía que andabas con el, pero el nunca te fue fiel.

—Entonces—Hablo—¿No fue coincidencia ese día en el bar?

Seré sincero, ni puta idea de eso

—Fue el destino—fue lo primero que se me ocurrió decir. —Tuve una pelea con mi hermano y me fui a embriagar

—Oh—se puso seria—entiendo, solo vine a agradecerte

Hubo un silencio incómodo

—Debo irme ya

—No quiero que te vayas—dije

—Tengo que—dijo —Pero vendré a verte

—De acuerdo —sonreí—¿Y que hay de Grey? —pregunté curioso

—El, no habla conmigo. Supongo que no estoy ahora en su interés, puedo venir cuando quiera

—Bien —dije

Ella se fue, y yo llame al guardia.

—Necesito que cubras cada cosa de ella, no quiero evidencian que estuvo aquí y que nadie la vea llegar acá —dije

—¿Mi pago? —pregunto el interésado

—Donde siempre —finalice

Salí de ese lugar, con una sonrisa en la cara. Se muy bien que la mate, y la mate por mi deseo a tenerla, pero no dejaré que ése maldito esté bien, mientras yo no.

Te jodere, Christian Grey. Te jodere dónde más te duele.

Mi Dulce capricho {2} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora