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Espere a Chris es su consultorio, sentado en su silla. Con arma en mano y un cigarro en la otra

—¿Sebastián? —dijo el sorprendido —No puedes fumar aquí —me reprendió

Saqué el humo de mi boca y reí

—¿Crees que no lo se? —me puse serio—¿Crees que no se que está pasando aquí?

—¿De qué hablás? —preguntó el extrañado

—Quiero agradecerte lo que hiciste por mí —dije sincero —Pero tendrá un costo lo demás que hiciste

—¿Pero de que? —no lo deje terminar, pues ya me había levantado de su silla e inyectado un tranquilizante

El estaba cayendo en mis brazos, lo dejé en su silla y antes de que cerrará los ojos le dije

—No quiero que te metas en mis asuntos. Te perdono esta vez en pero no habrá otra. —sonreí y el se veía asustado pero estaba cerrando sus ojos —Espero y puedas salir a tiempo.

Lo deje ahí, y le mande un mensaje a mis hombres. Ellos pusieron una bomba de 5 minutos y ya la había mandado a activar. No quedaría rastro de nosotros, de _______ y de mí.

Y si Chris sale de esta, le perdonaré su vida.

Corrí a la habitación de ______. Cuando entre ella estaba durmiendo, pero no quería arriesgarme a que viera el desastre que va a ocurrir, me acerque rápido y la inyecte con el mismo tranquilizante que a Chris, ella abrió los ojos en par y par e iba a gritar, pero la calle con un beso en la boca. En el acto ella trató de morderme pero solo pudo presionar muy poco, pues ella cayó dormida de nuevo.

Le quite de un tirón las aguas que estaban conectadas a ella y la cargue como la reina mía que es.

Pase por las escaleras de servicio, trotando llegue a la salida y ya estaba ahí la camioneta

Entre  rápidamente a la parte trasera de la camioneta con ella en mis brazos, nos fuimos de ese lugar esperando a que reventara la bomba.

Varios kilómetros después se vio como la explosión hizo su cometido. Con ella en mis brazos y cerca de nuestra casa me sentía completo, y bien. Solo espero y me perdone todo lo que hice, esperando poder hablar tranquilamente, como los adultos que somos y ella entienda que no la voy a dejar ir...

Una vez llegado a la casa, la lleve a nuestra habitación, ella seguía dormida. Y aproveche para quitarle la ropa y darle un baño. A pesar de estar dormida y bañarla, no le hice nada. Si me puse muy duro con verla, pero ella estaba inconsciente y como he dicho ¡Jamás la tocaría si ella no quiere, y no me quiere!

Disfrute cada tacto de mi piel con la de ella, mientras resbala mi mano en su cabello largo y oscuro.

al terminar de enjuaguarla la envolvi en una toalla y la lleve a nuestra cama... Esta teniendo un problema grande de presión ahí abajo... Cerré con seguro la habitación y me encerré en el baño, igualmente con seguro.

Baje mi mano a mi pantalón, liberando mi miembro, este palpitaba y yo estaba muy excitado... El tenerla a unos pocos metros y desnuda me ponía muy, pero muy loco... Lleve mi mano a mi pene y comencé a tocarme rápidamente, mientras sacaba pequeños jadeos...

Imaginaba que ella entraba aquí, se quitaba la toalla y me besaba, sus besos bajaban por todo mi cuello, mientras daba pequeñas mordidas. Ella detuvo mi mano y me beso, mientras sentía como se introducía en mí

—¡Mierda! —exclame grave

Comenzó a moverse lenta y profundamente, sus pequeños jadeos eran música para mis oídos y yo trataba de no venirme tan rápido hasta que sentí como me manchaba la mano...

—¡Maldición! —exclame limpiandome y dando un puñetazo a la pared.

Una vez terminado de asearme y cambiarme, me dirigí a ella. Ella seguía dormida, pero su toalla estaba movida... Parte de sus piernas y un pezon se veía.

Me controlé esta vez y la cambié...

—Ya quiero que seas mía en todos los  sentidos —le dije mientras la besaba.

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Mi Dulce capricho {2} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora