La alarma seguía sonando, yo apretaba los puños y rezaba en mi mente... Tenía el miedo emanando de mi cuerpo, no podía creer que iba a morir y junto a un desconocido...
El helicoptero seguía en el aire, pero la alarma seguía. No podía escuchar ya nada y de pronto pierdo la conciencia.
Siento algo suave y un fuerte olor a perfume de hombre, abro lentamente los ojos, el sol hace que los cierre de nuevo, mi cabeza pesaba, mi cuerpo dolía y escuchaba un pitido en mis oídos...
Me levanto precipitadamente y noto que estoy en una habitación desconocida, pero a la vez familiar. Miro a mi derecha y observó que hay una bandeja de jugo de naranja y un vaso de agua, ni loca lo tomo. Aunque es tentador, pues la garganta la tengo seca... Despejó mi mente de esas ideas y salto de la cama, tomo lo primero que veo como arma. Un portavelas largo y de metal me parece la mejor opción en un momento así. Veo mi bolso de fiesta en una silla y lo tomo
Sin pensarlo, abrí la puerta de la habitación, y salgo. Un olor exquisito invade mi nariz y me siento desfallecer, mi estómago arde y aún tengo sueño.
No debes bajar la guardia, _____.
Me digo a mi misma, pues tengo que cuidarme. Voy adelante y abro una habitación, curiosamente habían unas botas de combate, sin dudarlo me las pongo y sigo adelante.
Con sumo cuidado, bajo las escaleras. Paso por paso, las desgraciadas botas rechinaban en ese piso tan pulido de madera que había.
—Espero que el portavelas sea una ofrenda de paz—escucho una voz masculina y no puedo evitar soltar un grito tan fuerte que hace que el se sobresalte y yo igual
—Ey, esta todo bien —dice Christian
—Lo lamento —respondo, recogiendo el portavelas
—No te preocupes —dice el sonriendo —Fue culpa mía, no debí sorprenderte
—Ya debo irme—respondo sin más y bajando muy rápido las escaleras
—¡Espera! —dice el —No puedes irte aún
Me detengo rápido y giro lentamente
—¿Por qué no?
—No es seguro, al menos no por ahora —dice el acercándose a su sillón tan cómodo —Por lo menos quedate hasta en la tarde
—Mi prometido, debe de estar como loco buscándome —respondo desviando mi mirada y estresandome por eso —Apropósito —digo levantando la mirada, el me mira sin pestañear
—¿Como diste conmigo? —preguntó ahora a la defensiva
—Recibí una invitación, no sabía que ibas a estar ahí —responde el
De pronto siento como me tiembla el piso, y llevo mi mano a mi cabeza
Siento rápido como me sostienen, yo trato de alejarme
—Estoy bien —respondo alejándome de su toque
—No has comido nada—dice el serio
Acto seguido, toma mi mano y me jala directo al comedor. Una señora con un mandil y platos en sus manos se acerca a nosotros, principalmente a mí. En el plato hay huevos revueltos y pan francés con frutos rojos, miel y azúcar glass
—Gracias—respondo
Comienzo a comer, y entre más bocado llevo a mi boca, más ganas de comer me dan... Tenía razón...
Me quedé un poco más de tiempo, el tuvo que salir y me dejó en su departamento, me dijo que iba a mandar alguien a cuidarme, solo asentí y él salió.
—Volveré en dos horas, _____—Dijo antes de salir —Cuidate
Sorpresivamente me di cuenta que no estaba en la ciudad, había confundido el lugar... Estaba en lugar de campo, alejado de todo... Decidí explorar la casa, encontrándome con nada mejor que revisar cosas que no eran mías
Entre a un tipo despacho, lo supe por que habían hojas esparcidas en el escritorio, no había mucho por hacer, no quise mover las cosas... Pero algo en mi hizo que me acercara al escritorio... Revise los cajones y nada, no fue hasta el último que había un usb negro, tenía un papel adhesivo...
Stan
¿Stan?... ¿Se refiere a mi prometido? Sin dudarlo, lo tomé y lo guarde.
Estaba confundida, no sabía que pensar de esto, decido salir un momento... Noto cómo el aire mueve fuerte los árboles, el campo estaba verde, no podía ver nada de edificios... Estaba por un momento tranquila... Y eso me agradaba, olvidé por completo que mi Sebastián estaba desaparecido, cierro los ojos y dejó que el aire pegue en mi cuerpo, estremeciendome y arrullandome en el acto.
Oigo unas pisadas en el pasto y comienzo abrir los ojos... Me sorprendo al ver a Hunter, y el traía una arma algo grande en las manos
—¿Hunter? —digo asustada
—______, Te hemos estado buscando como lunáticos, hay que irnos de aquí —dice bajando el arma y acercándose a mí
Cruzó mis brazos y frunzo el ceño, negando con la cabeza
—No me iré de aquí —respondo seria
—¿Que? —dice el incrédulo por mi actitud —Sebastián esta como loco por que desapareciste, tienes que ir con el para calmarlo e irse ya de aquí
—¿Porque? ¿Has intentado hablar bien con Sebastián? —digo furiosa, recordando que el me dejo sola en esa cacería llamada "fiesta"
—¿Que sucede contigo? —pregunta el perdiendo ya su poca paciencia
Me pongo firme y no digo ni una palabra
—_______, es imperativo que vengas conmigo, tienen que irse de aquí... Se que estas enojada por lo que sucedió en la fiesta, y te aseguro que hay una explicación de eso, pero tienes que venir conmigo ya...
Me lo pienso un momento, recuerdo que tengo el usb que encontré, si Sebastián no quiere decirme la verdad de todo esto, tal vez pueda confrontarlo con eso... No lo pienso más y me levanto, entrando a la casa por mi bolsa... Siento como Hunter ingresa con el arma en posición, ruedo los ojos y tomó mi bolso. Me doy la vuelta y lo miro
—Vamonos
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Mi Dulce capricho {2}
Romantizm*Precuela y continuación de la Bailarina y el Dominante* Llamalo obsesión, pero yo lo llamo capricho. Esa dulce niña, de cabello castaño y ojos grandes azules fue mia desde que su padre la llevo a mi negocio. El no sabia que yo soy peligroso, y que...