*Precuela y continuación de la Bailarina y el Dominante*
Llamalo obsesión, pero yo lo llamo capricho. Esa dulce niña, de cabello castaño y ojos grandes azules fue mia desde que su padre la llevo a mi negocio. El no sabia que yo soy peligroso, y que...
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Sebastian tenía mi mano enlazada con la suya, seguíamos caminando por toda la plaza hasta llegar al cine, en ningún momento me soltó, y eso estaba haciéndome sentir un poco rara y bien... Yo en ningún momento me quite los lentes, estaba consciente que mis ojos estaban hinchados.
Pago las entradas y fuimos a las palomitas
—¿Que quieres? —se dirigió a mi —¿Por que aun tienes los lentes? —me pregunto soltandome la mano, yo me aleje.
—Quiero unos nachos, palomitas y pepsi—dije rápido —Voy al baño, enseguida vuelvo
Me aleje super rápido, y pregunte a una joven en dónde estaban los baños. Ella me indico, entrando en las salas ahí estaba el letrero, así que fui.
Hice mis necesidades y cuando me lave las manos me quite los lentes, viéndome... Me veía destruida, con los ojos hinchados, y estos volvieron a llenarse de lágrimas... ¿Será posible que me deje?, no puede ser... Estamos acá, no me soltó en ningún momento... Pero no puedo evitar pensar en esa mujer, alta, tez blanca y con ojos azules como los míos, su cabello era rojizo castaño... Era peligrosamente idéntica a mi...
Controlate, me dije a mi misma... Me limpie las lágrimas furiosamente y me maquille de nuevo, le diría que tuve un ataque alérgico, o algo así... Estaba terminando de ponerme polvo en mis ojos cuando una chica con cabellera naranja se aproximó a mi
—¿______? —preguntó
Yo no la conocía, entre cerré mi ojo izquierdo y asentí
—Oh por dios—dijo sorprendida—No he sabido nada de ti, mis padres me han preguntado sobre ti... Estuviste desaparecida... ¿Estas bien?