11: Dos Noches

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Estaba intrigada con ese número, ¿debía llamar? ¿Debía saber la verdad?

La verdad he estado distante con Sebastián, han pasado dos noches que el quiere hacerlo y yo lo evitó, trato de evitarlo, sigo aún dolida con lo que vi y el no dice nada al respecto... Tal vez solo piensa que quiero llamar su atención, hace un día me trajo un regalo, un perro. Era un pequeño Beagle, muy lindo. Le agradecí pero no hice más... Había olvidado por un momento lo que pasó hace días y la verdad solo recordarlo me ponía mal, no sabía que pensar me sentía confundída.

—Hola—escuche una voz masculina distanta, a la de el y Hunter

—Hola—conteste

Yo estaba con Máx, el Beagle, en el parque

—¿Quien eres? —respondí no viéndolo, pues seguía viendo al perro

—Soy Nick, amigo de Sebastián —dijo el —Me mando por ti

—¿Hunter Dónde está? —pregunte a la defensiva, pues no lo conocía y no quería pasar un mal rato

—Hunter no pudo venir, Sebastián lo mandó por el, sin embargo tengo el mensaje de Sebastián para que confíes en mi

No muy convencida tomo el teléfono de él y leo el mensaje, parecia ser como el decía, así que decidí checar el teléfono mio y efectivamente, tenía un montón de mensajes de él y llamadas

Ira por ti otro acompañante, por favor ve con el

Rodé los ojos y tome la correa de Máx

¿Cuantos hombres le trabajan a él? ¿Y en donde trabaja? Nunca se lo pregunte y no se me había ocurrido, tal vez la amnesia y el miedo a estar sola me hicieron una mala jugada en no prestar a atención en lo que es verdaderamente importante

¿Con quien estoy viviendo?

¿Porque ahora mismo me estoy preguntando eso? Relativamente estoy bien con el, si fuera algo malo el me hubiera hecho cosas horribles, sin embargo me trata bien, mas que bien... Me... Dios que estoy pensando, estoy bien, muy bien, si tuviera a alguien ellos me hubieran buscado y no es así, más que la chica esa que dijo que era mi amiga y por pura casualidad nos encontramos... Es mentira, tal como dice Sebastián, todo es mentira, solo quieren alejarme de él y yo estoy haciendo eso... Pero aun esta esa posibilidad de que el me fue infiel... No pienses más

—¿Señorita? —escuche —¿Esta bien?

—Si, si —dije distraída

Subí al coche y me llevo a casa. Tomé un ducha y me acosté un rato, eran las 7 de la noche cuando desperté, las luces estaban apagadas, abrí con cuidado la puerta, y vi que al final del largo pasillo estába encendida una luz... ¿Podrá ser Sebastián? Escuchaba voces, pero me eran indescifrables, así que con mucho cuidado salí por el pasillo hasta llegar al cuarto.

—Lo sé, lo sé —escuche su voz—Es que la amo tanto, pero no entiendo su alejamiento... La extraño, no sabes como quiero hacerla mía y tenerla entre mis brazos, dormir por las noches a lado de ella me calma y le he dado su espacio, no se que pasa, no se que hice mal... Además de lo anterior pero ella no lo sabe, y no lo sabrá nunca, espero y te hagas cargo del maldito ese

Todo lo que dijo al principio me parecío hermoso, mi estómago y mi corazón se movieron, seguramente son gases, pero... Me sentí bien al oírlo, lo otro es que me saco de onda... ¿Que cosa no debo saber? ¿Que hizo con anterioridad? ¿Y de quien se deben hacer cargo?

¿Quién eres Sebastián Stan?
¿Qué estas haciendo conmigo? ¿Qué estoy haciendo contigo?

—Sebastián... —dijo otra voz —Dile

—No voy a decir nada —dijo—Han pasado dos malditas noches y ella está mal, no se, no se... Temo que sepa algo

—¿Que podría saber? —preguntó el otro hombre

No quise escuchar más así que me aleje de ahí, regresando al cuarto... No entendía nada. El picaporte estaba siendo movido, así que me quedé sentada, cruzada de brazos atenta a él.

El abrió y se llevó una mano a su pecho, entrecerrando sus ojos

—¿Estabas despierta? —pregunta

Obviando El hecho que si, asentí, evitando decir alguna cosa hiriente.

—¿Desde a qué hora? —pregunto

—No hace mucho —respondí chasquendo la lengua, aun tenía mis brazos cruzados

El se veía decaído, tenía barba en su rostro, sus ojos cansados y de igual forma que yo, cruzó sus brazos.

Ninguno decía nada, solo nos mirábamos, tratando de comunicarnos así, aunque sabemos que las palabras y acciones dicen mucho, el cuerpo también expresa lo que siente. El rompió el silencio, cerrando la puerta y bufo, llevándose sus manos a su rostro.

—Dos noches —dijo

Dos noches...

—Tienes esa mirada en tus ojos

—¿Cuál mirada? —dije sería

—Esa mirada que detesto, esa mirada que sólo la tienes la mitad del tiempo, quiero devuelta tu mirada llena de luz y de confianza en mi.

—¿Así que sabes lo que hiciste? —dije seria

—Eso quiero saber, joder—dijo cabizbajo —¿Quiero saber que hice? , porque estas así...

—Y aun sigues negándolo... —dije volteando a otro lado y para dome —Esto no llevara a nada

Fui a la puerta del baño

—No te atrevas a entrar a ese puto baño —su tono de voz subió

Quede parada a mitad de la habitación

—Esto no llegará a su fin —dijo —Te espere por mucho tiempo, no quiero que acabe así

Intrigada con lo que dijo, volteo a verlo

—¿Como que me esperaste por mucho tiempo? —preguntó ahora yo intrigada y con miedo de lo que podría decirme

—Escuchaste mal—dijo rápidamente

—Se lo que escuche —dije segura

El se acercó peligrosamente a mi, estaba mirándome de abajo hacia arriba

—¿Que fue lo que escuchaste? —susurro en mi nariz, acariciando mi brazo y besando mi mejilla y bajando a mis labios

Lleve mis manos a su pecho emoujandolo, pero el me pego rápido a su pecho de nuevo y me beso fuertemente, me resistí hasta que finalmente me deje llevar y, su beso me supo ligeramente fresco como a menta y amargo a la vez...

Mi Dulce capricho {2} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora