*Precuela y continuación de la Bailarina y el Dominante*
Llamalo obsesión, pero yo lo llamo capricho. Esa dulce niña, de cabello castaño y ojos grandes azules fue mia desde que su padre la llevo a mi negocio. El no sabia que yo soy peligroso, y que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¿Que podría salir mal? Me dije a mi misma... El es todo lo que tengo, y es todo lo que quiero.
Sonreí y asentí
El me abrazo y me sonrió, dándome vueltas en el aire, juntos fuimos a plantar el árbol, con nuestras manos pusimos la tierra y el agua y después plantamos los tulipánes. No podía dejar de sonreír, amaba esto, amaba estar bien.
Seguimos caminando, el me tomaba la mano y fuimos a desayunar...
Al terminar nos bañamos juntos, entre besos y caricias fue un buen baño. Nos cambiamos y vimos una serie llamada wandavision
—No entiendo nada—dije viendo, tenía mi dedo en la boca y mi entrecejo estaba arrugado
—Es que debimos ver primero las películas —dijo el riendo
—¿Hay películas? —dije sorprendida —¿Porque vimos primero entonces la serie?
—Es que mi amiga es la protagonista—alzó los hombros— quería ver la serie a ver que tan buena era
—No sabía que ella—dije señalando a la chica de rojo —Era tu amiga... ¿En que trabajas entonces amor?
—Tengo una empresa, que hace prestamos —dijo el —¿Porque no mejor te enseñó a manejar? —dijo apagando la televisión
—¿Ahora? —dije levantandome sorprendida
—Si—me jala del brazo
Estaba intentando manejar, Sebastián no perdió la paciencia, pero lo notaba nervioso
—¿Que tienes? —preguntó un poco nerviosa, más bien muy nerviosa
—No nada—dice
Me detengo en el estacionamiento y el se sale, intrigada me quito el cinturón y voy con el
Veo que esconde un cigarro
—¿No quieres que vea que fumas? —pregunte
—Es una adicción que tengo, mas bien tenía... Desde que estás conmigo ya no lo hago mas, sin embargo me siento algo ansioso...
Le sonrió genuinamente, pongo mi mano en su mejilla, el se recarga en esta.
—Todo esta bien, todo lo esta, estoy contigo y no me importa que lo hagas—digo viéndolo, le arrebato la caja y saco uno
—¿Que haces? —dice sorprendido
—Si te sientes mal por hacerlo enfrente de mi, entonces yo te apoyare en esto —enciendo el cigarrillo y lo aspiro ocasionando que tosa
—Deja eso por dios—dice el enojado llevándose a los labios el cigarro aquí
