Mis ojos pasaban una y otra vez por el renglón vacío, pensando en cual seria la manera correcta de comenzar una carta. He escrito muchas, pero ninguna de ellas eran dedicadas a alguien, lo cual era totalmente lo opuesto a esta.
Poniendo mis pensamientos en orden al volver, tragándome las miles de groserías que quería soltarte al niño "Odio a los débiles" peliazul para buscar una solución. No podía permitirme obedecerle, no tenia argumentos validos para prohibirme el dato sobre el paradero de Naki-San y aunque los tuviera, no me rendiría tan fácil, es por eso que volvemos a la complicada situación inicial.
Intentar escribir una carta con modales, educación, y sobre todo expresión, dando a conocer mi urgente pedido. Visto y considerando su comportamiento completamente descortés, podía apostar mi cabeza a que tiraría la carta antes de leerla, pero al menos debería hacer la prueba.Suspire, apoyando mi mejilla en mi mano mientras golpeaba el bolígrafo contra la barra. Mis ideas se relacionaban con las groserías si se trataba de él, no hay que juzgar a las personas, lo entiendo, realmente lo entiendo. Pero, no es como si me hubiese llevado una buena impresión en nuestro primer encuentro, solo había hecho una pregunta inofensiva.
Fruncí el entrecejo, apretando el bolígrafo con fuerza— Maldito —un aroma familiar ocasiono que mi expresión se suavizara. Una taza humeante fue dejada con delicadeza sobre el cuaderno mientras una mano se posaba en mis cabellos, acariciándolos suavemente— Oh, hola
— Te ves un poco irritado, ¿Estas bien? —suspire, empujando mi cabeza hacia su mano en busca de más caricias
— Mm, no realmente —lo mire— Kaneki-San, ¿Cual seria la mejor forma de comenzar una carta? —el pelinegro hizo una mueca pensativa, alejando su mano de mi cabeza para reposarla en su cintura— Es... es para disculparme con alguien que apenas conozco
— En ese caso, creo que lo mejor seria comenzar por tu presentación, seria de ayuda aclarar eso primero —asentí con lentitud— Ah... ¿Puedo saber que sucedió? —acerque el café a mis labios, soplando levemente antes de ingerirlo
— Estoy buscando a dos hombres, uno de ellos es mi padre. Ambos desaparecieron el día de su cumpleaños, creímos que podrían estar muertos, pero ahora... —suspire— Hay un posible lugar en el que, quizás, estén escondiéndose de las palomas, no lo se con exactitud
— ¿Y tu madre? —me estire
— Ella murió —reí al ver la incomodidad bailar a su alrededor y me incline hacia delante, tocando con mi dedo repetidas veces su mejilla— No pongas esa cara, Kaneki-San. Ha pasado tiempo desde que se fue —asintió poco convencido, secando un vaso con cuidado de no dejarlo caer— ¿Que hay de ti?
— ¿Eh? —cerré el cuaderno haciéndolo a un lado junto con el bolígrafo y apoye mi mentón en mis manos, mirándolo atentamente
— Sobre tus padres, ¿Los extrañas? —me miró sobre el rabillo del ojo, apretando sus labios en una fina linea— Descuida, sé que no es de mi importancia, pero mantente en calma. Todo saldrá bien de esa manera —me incorpore de mi asiento, dejando el dinero a un lado de la taza— Nos vemos luego —al girarme, mi vista choca con la del rubio, quien con rapidez se acercó a mi dirección
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☣Iɴsᴀᴛɪᴀʙʟᴇ☣
Fanfiction°°°El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura°°° Tokyo Ghoul no me pertenece, todos los derechos reservados a su creador: Sʜᴜʜᴇɪ Mᴏʀɪᴛᴀ