☣Iɴsᴀᴛɪᴀʙʟᴇ☣

«Sorok»

Junte mis manos y cerré los ojos, arrodillándome frente a la tumba de Shirazu en señal de respeto. Algunos se habían ido ya, solo eramos nosotros dos, me ofrecí a acompañarlo en esto y acepto, aunque estaba mucho más callado de lo usual, mirando desde una pequeña colina el cielo.

Deje las flores suavemente y me incorpore, dirigiéndome hacia su posición con pasos silenciosos, no quería molestar su momento de paz.
Suspire y me pare de puntas, dejando un beso en su nuca con suavidad, frotando mi mejilla contra su espalda

— Le he dado mis respetos y algunas palabras que escuchara desde donde se encuentre... —frote su espalda de arriba a abajo, mirándolo— Sé que no quieres que lo diga, pero aun así lo diré. Lamento tanto lo que sucedió... lamento las perdidas que-

— Quería ver a Sasaki —bajo su cabeza— Estaba agonizando, pero una parte cuerda aun lo llamaba —apretó sus puños— Y llego tarde... cuando ya se había ido... él...

Lo abrace, siseando bajo mientras lo miraba, alzando una mano para tomar su mejilla y que conectara sus ojos con los míos.
Sonreí y acaricie su mejilla

— Esta bien, cariño. No es necesario que lo digas, puedes llorar si quieres, estaré aquí para consolarte todo el tiempo que sea necesario

Tire de su mano, acercándonos al árbol que había detrás. Me senté y palmee mis piernas, indicándole con un simple gesto que recostara su cabeza allí, lo cual hizo.
Flexione mis piernas, inclinándome para dejar un beso en su frente, apoyando mi mejilla en ella luego

— Te contare un secreto —me miro brevemente antes de seguir con la vista hacia el cielo— La primera vez que conocí a Shirazu, no fue cuando fui a visitarte —sus bonitos ojos brillaron con intereses, clavándose en mi rostro con curiosidad— Trabajo en re:, no es noticia para ti aquello, pero allí fue en donde lo vi. Estaba con Tooru y con Sasaki, buscaban una mesa mientras analizaban el lugar —tome su mano, entrelazando nuestros dedos— Me acerque a ellos amablemente y les señale en donde podían sentarse, recuerdo su sonrisa amigable llena de dientes puntiagudos, lo primero que cruzo por mi cabeza fue Adorable

Una diminuta sonrisa dibujo su rostro, sus ojos bajaron como si comenzara a recordar algunos momentos en los que ambos dejaban a relucir su buena relación, en la cual Urie intentaba no involucrarse, lo contrario de ahora.

Apoye mi cabeza en el tronco, dándole un apretón a nuestras manos para captar su atención

— ¿Que es lo que quisieras hacer ahora?

— ¿Que? —asentí

— Si, ustedes dos fortalecieron su relación con el paso del tiempo, conociéndose. ¿Hay algo que te gustaría hacer por Shirazu?, ¿Algo con lo que lo recordarías para siempre? —su expresión cambio a una pensativa, moviendo de lado a nuestras manos inconscientemente

— Honestamente... si —apretó sus labios— Hay algo que quiero hacer por él...

— Y... ¿Tengo permitido saber eso, señor? —reprimió una risa y se sentó, tomando mis piernas para ponerlas en su regazo