«Sorok chetyre»

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Mire con detenimiento el pequeño cartel de cerrado en la puerta, acercándome a paso lento hacia una de las ventanas a un lado de la misma para mirar el interior

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Mire con detenimiento el pequeño cartel de cerrado en la puerta, acercándome a paso lento hacia una de las ventanas a un lado de la misma para mirar el interior. Confiaba en sus palabras, pero eso no quería decir que no estaría alerta.

Suspire y subí la gorra del buzo, golpeando suavemente mis nudillos contra el frágil vidrio. Me hice a un lado, esperando paciente mientras le daba un repaso mental al testamento que me había encargado de escribir para responder las preguntas necesarias, o al menos las que pensaba que soltaría.
Me enderece cuando vi su silueta desenfocada por el cristal, sonriendo y agitando mi mano vagamente, saludándola

— Es como si te escondieras de algo —abrió más la puerta, cediéndome el paso— Vamos

— Creo que es lo contrario, todos se esconden de mi

Me adentre, pasando de largo la barra y las mesas para dirigirme hacia la puerta en donde solo el personal estaba autorizado a cruzar. Suspire, sentándome con pesadez en el sillón más cercano a las ventanas, aunque estas tuvieran las persianas alzadas y la luz del atardecer calentara mi nuca con lentitud.

Así como mi casa se encontraba igual de vacía que cuando regrese, el re: estaba igual. Quería saber por donde correteaban Ron y Misaki, si Yukio esta regañándolos mientras intenta tomarlos de los cuellos de su ropa, amenazándolos con que les arrancaría la cabeza.
Y con Ayato... realmente no sabia que podía esperar de él. En el pasado, hubiese inclinado la balanza por algo de amabilidad en su comportamiento, pero ahora aquello no podía importarme menos.

Era el golpe, el hambre, no lo se. Solo quería que me abrazara. Creo, que después de todo, él podría ser el único en no decirme nada, simplemente me dedicaría una mirada y luego dejaría que interpretara ese gesto como yo quisiera.
Lo admito, extrañaba a ese Ayato que me hacia ver la realidad bruscamente de un golpe o una sacudida. Si, extrañaba a un maldito idiota

— ¿En donde has estado? —se sentó frente a mi, mirándome con seriedad— Kaneki ha estado mintiendo sobre ti, no quiero ser entrometida pero respóndeme

Me encogí en mi asiento, pasando mis manos por mi pantalón antes de alzar una, tomando la bufanda que cubría mi cuello y bajarla. Había cambiado el vendaje en la mañana, por lo que las manchas de sangre fresca estaba decorando una linea horizontal.

Carraspee al ver su mirada, volviendo a cubrir lo obvio, incluyendo esta vez mi boca

— Yo... he venido aquí para hablar contigo. Estos años que hemos estado juntos me he dado cuenta de que puedo confiar en ti, Touka-San —mordisquee mis labios con nerviosismo— Necesito ayuda

— ¿Que ocurre?

— No se que es lo que debo hacer de ahora en más, no se como continuar sin que acabe arrancando las cabezas de los que estorban —la mire afligido— Quería, desee morir y no pude lograrlo. Algo esta muy mal conmigo y no se como cambiar, no se como ser... bueno

☣Iɴsᴀᴛɪᴀʙʟᴇ☣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora