— Negro... negro... otra vez negro —rodé los ojos y suspire, apoyando mi mejilla en mi mano— Negro... negro... ne-¡Blanco!
Sonreí al encontrar el primer vehículo con un color que no sea el opaco y oscuro color Negro.
Me encontraba sentado en una especie de cuadrado con un pequeño arbusto en ella que se encontraba frente a un hospital. Luego de lo sucedido la noche anterior, Yukio nos ha pedido que regresáramos mientras se encargaba de pedir auxilio, creía que aquella persona que se encontraba terriblemente aplastada podía seguir con vida. En mi opinión, nadie podría sobrevivir a algo como eso, en especial un humano, pero decidí guardarme aquellos comentarios y aceptar la propuesta de acompañarlo hasta aquí.Yukio había ingresado hace no mucho tiempo, pero al encontrarme completamente solo y sin nada a mi alrededor para entretenerme, comencé a contar y separar por colores y modelos los vehículos que pasaban por la acera, era una buena manera de perder el tiempo.
— Oh, otro blanco
Seguí con mi aburrida mirada a aquel vehículo hasta que desapareció al doblar en otra calle, en la cuál pude ser testigo de las sonrisas amables de las señoras o ancianas que pasaban por allí.
Apoye mis manos a los lados, estirando mis piernas para quitar la incomodidad que comenzaba a formarse en ellas y suspire, me comenzaba a aburrir estando solo, por lo que la tentación de entrar se hacia cada vez más presente. Incluso si Yukio no estuviera haciendo nada más que mirar el cuerpo en la morgue, su compañía era mucho más entretenida que contar, contar y contar autos sin parar, además podría saber si el afortunado había sido una chica o un chico.
Asentí decidido, levantándome de mi lugar y caminando hacia la puerta transparente del lugar. Me adentre, sonriendo con amabilidad al dirigir mi mirada hacia un hombre de bata y bigote— Buenos días, jovencito. ¿En que puedo ayudarle? —me incline, poniendo una mano en mi pecho
— Buenos días para usted también, y disculpe las molestias, pero, ¿Ha visto a un joven de cabello negro?. Se ve más o menos de esta medida —levante mi mano un poco más arriba de mi cabeza, justo en donde llegaba la altura del pelinegro. El hombre iba a hablar, seguramente negando a mi pregunta, pero fue interrumpido por una mano tomando la mía— Yukio
— Creí haberte dicho que esperaras afuera —le sonreí y me gire de nuevo hacia el señor, inclinándome
— Le agradezco su tiempo, señor. Por favor, le pido que me disculpe al interrumpirlo en horario de trabajo —junte mis manos, aun con la mano del contrario tomando la mía, y sonreí— Siga trabajando duro y gracias por su atención
El mayor se fue sin hacer otra cosa aparte de sonreír con amabilidad, y nos dejo solos, sin contar a las demás personas que iban y venían.
Sentí un jalón de parte de Yukio, y lo mire, se dirigía hacia un pasillo en donde se podían encontrar las habitaciones con números en sus puertas, supuse hacia donde nos dirigíamos, pero no me atreví a preguntar.
Me pregunto si le faltara alguna parte, ¿Tendrá solo de la cintura para arriba? ¿O estará irreconocible?. No mentiría, me emocionaba saber como quedaban los cuerpos luego de semejante situación, definitivamente había que tener suerte.
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☣Iɴsᴀᴛɪᴀʙʟᴇ☣
Fanfiction°°°El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura°°° Tokyo Ghoul no me pertenece, todos los derechos reservados a su creador: Sʜᴜʜᴇɪ Mᴏʀɪᴛᴀ