«Sorok devyat'»

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Kai se tropezó con sus propios pies al entrar, casi abalanzándose sobre la puerta para abrirla, como si temiera perderse el paso de una brillante estrella fugaz

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Kai se tropezó con sus propios pies al entrar, casi abalanzándose sobre la puerta para abrirla, como si temiera perderse el paso de una brillante estrella fugaz.
Las cuatro personas dentro de la habitación se giraron, sin sorprenderse al ver al pelirrojo ser el causante de dicho alboroto que rompió con la tranquilidad que mantenían en aquel espacio. Kai enseño una mueca de disculpas, acercándose con lentitud hacia la vidriera por donde podían ver el cuerpo del albino conectado a diversas maquinas.

Se encontraba escarbando entre la húmeda tierra, guiándose por su desarrollado olfato para encontrar a Kaneki, como si fuera un perro, siendo cegado por la desesperación de no poder hallarlo a tiempo. Parte de su ropa como su pantalón, mangas y la parte inferior de su hoodie se encontraban manchados de barro en consecuencias a sus acciones cuando fue avisado de que lo habían encontrado.
Sin pensarlo dejo todo para correr hacia allí, apoyando una mano en el cristal que los separaba con un sentimiento de alivio en su pecho

— Esta vivo, ¿Verdad? —giro su cabeza para cruzar miradas con los presentes, deteniendo la suya en la castaña de bata— ¿Verdad?

— Si te refieres a si su cerebro sigue funcionando, entonces, si, lo esta

— Maldición, siempre haces todo por tu cuenta —el menor se acerco al peliavellana, palmeando suavemente su espalda— Al menos déjame quejarme un poco, Kaneki

— Cuando despierte podrás quejarte todo lo que quieras

Nishiki sonrió levemente ante lo dicho, alborotando los rojos cabellos a modo de agradecimiento, sabiendo que en aquel momento podría estar ocupándose de su hermano, prefiriendo prestar su hombro para que Touka y los demás apoyaran sus penas.
La risita que soltó le demostraba que no le importaba, el niño terco que tenia delante le demostraba que podía convertirse en un pilar para muchos.

La puerta se abrió, la habitación se lleno nuevamente y las expresiones a pesar de ser de alivio mostraban la preocupación por su rey tendido en aquella cama. Kai no tardo en acercarse a Hinami, tomando su mano entre las suyas para darle un fuerte apretón, sabia que como a muchos, verlo de esa manera la descolocaba

— ¡Onii-Chan! —el pelirrojo rodeo el pequeño cuerpo de la fémina, intentando reconfortarla

— Hinami —apoyo una mano en su cabeza, acuclillándose delante de ella, los ojos de la niña se posaron en él— Kaneki-San es fuerte, aunque diré que no es necesario preocuparse, lo harás, como muchos aquí —miro hacia atrás, sus orbes chocando con los de la pelivioleta y el rubio antes de volver a los marrones— Debes estar tranquila, ¿De acuerdo?. Kaneki sabe a la perfección lo que se perderá si no lucha por abrir los ojos y, lo conocemos, proteger lo que ama es todo para él y si se va no podrá hacerlo, es por eso que no perderá

☣Iɴsᴀᴛɪᴀʙʟᴇ☣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora