°°°El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura°°°
Tokyo Ghoul no me pertenece, todos los derechos reservados a su creador: Sʜᴜʜᴇɪ Mᴏʀɪᴛᴀ
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— Cochlea, Centro de Internamiento Ghoul —asentí con lentitud— Una instalación de internamiento y observación de ghouls de clase C hasta SS, que han sido capturados con vida—suspire, pasando mis manos por mi cabello— En lo personal, sabia de su existencia, aunque se mantuviera en secreto —Ayato me miro de reojo con el ceño fruncido
— ¿Como es que un niño como tu sabe de estas cosas? —mire hacia otro lado sin detener la caminata
— No solo soy un peón que se alimenta de todo lo que derrame sangre —nos escondimos detrás de una pared— Todo lo que se mantenía "prohibido" en mi familia lo he aprendido gracias a Naki-San, él me ha contado grandes historias sobre esto a lo que tu llamas vida
— Esto es mucho mejor que ser una maldita bomba de tiempo rodeada de personas a las que amas y que puedes asesinar —giro su cabeza hacia mi— ¿Sigues pensando igual?
Lo ignore, adelantándome unos pocos metros hasta encontrar lo que buscaba. Me detuve en una puerta, la cual tenia un lector de iris que solo se abría si el personal que trabajaba aquí se encontraba cerca. Suspire con pesadez, rebuscando en los bolsillos de la chaqueta que portaba, logrando sentir algo redondo de textura blanda y levemente húmeda. Sonreí, quitándolo y colocándolo frente al lector, oyendo el sonido característico que hacia la puerta al ser abierta.
Lance el ojo hacia alguna parte y lamí mis dedos con lentitud, quitando lo pegajoso. Utilice la misma mano para golpear aquel molesto aparato con fuerza, pisándolo de la misma manera cuando cayo al suelo. Me gire, asintiendo con seguridad hacia el peliazul, quien me devolvió el gesto con seriedad
— Puerta O, abierta, señores —retomaron camino, pasando junto a mi, acción que imite cuando Naki se coloco a mi lado, palmeando mi cabeza con cariño— ¿Lo hice bien? —asintió con una sonrisa
— Lo hiciste excelente, Kai —sonreí, acercando más mi cabeza a su mano— Eres alguien muy especial —suspire, ladeando mi cabeza
— Debemos apresurarnos
Asintió, adoptando un semblante serio mientras caminaba conmigo siguiéndolo detrás. Estábamos últimos debido al pequeño intercambio de palabras que mantuvimos, pero aun así sabíamos hacia donde ir. Ayato se había tomado la molestia de explicarme lo que sucedería, con irritación y groserías de por medio, pero lo hizo. Era la pieza inútil del plan, lo que, quizás, podría catalogarse como la carnada o el que moriría primero si me desconcentraba un minuto, lo cual no iba a pasar, pronto todo se volvería un baño de sangre y, gracias a eso, contenerme se volvería una dificultad mayor, pero estaba bien, Ayato necesitaba utilizar esa parte de mi, movería mis hilos y ocasionaría que las cabezas comenzaran a rodar. Su camino estaría despejado, tal y como debía ser, podría obtener lo que buscaba y todos estaríamos vivos al acabar, o al menos, solo los que se lo merecían. El mundo es demasiado grande y seria una grandísima pena que algunos tomaran el rumbo equivocado.
Me coloque a un lado del rubio, colocándome la mascara cuando las compuertas del suelo comenzaban a abrirse, enseñándonos a todos los guardias en sus posiciones, listos para comenzar a disparar mientras sus ojos estaban fijos en nosotros. Ganaríamos por mayoría si las cosas no se complicaban, eso debería ser suficiente para estar tranquilos.
