°°°El canibalismo es una de las manifestaciones más evidentes de la ternura°°°
Tokyo Ghoul no me pertenece, todos los derechos reservados a su creador: Sʜᴜʜᴇɪ Mᴏʀɪᴛᴀ
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Me miro brevemente, frunciendo el ceño con algo de molestia al verme
— No molestes, niño. Mi lengua esta tocando la mejor parte... —hice una mueca de desagrado
— ¡Urie!
Me gire, tomando de los hombros al peliverde para evitar que saliera corriendo en su ayuda. Lo mire con seriedad, señalándole con la mirada los dos hombres trajeados que acompañaban a Big Madame sin descanso. No importaba hacia donde se dirigiera, ellos iban atrás con las antenas alertas para que no saliera herida. Acabar con ellos era lo principal para poder tener el camino libre y llegar a ella.
Moví mis labios con disimulo, soltándole algunas instrucciones a la espera de que me diera su consentimiento para continuar. Si cooperaba era solo por el pelimorado, al ser un investigador no podía depositar su confianza en mi, era un ghoul y una amenaza, sus ordenes de acabar conmigo no tardarían en llegar si me reportaba, pero debía ser consciente que si me hundía, Urie vendría conmigo. Después de todo, él había ocultado nuestra relación con mentiras frente a sus superiores y compañeros, la única sentencia que me imaginaba era su ejecución. Y no podía permitirlo.
Me aleje de Tooru en cuanto recibí un asentimiento dubitativo de su parte. Me coloque frente a la rubia en posición de ataque, mirando fijamente con asco como se paseaba por las paredes mientras seguía o intentaba engullirse la mitad del inconsciente (por ahora) serio y responsable investigador Urie Kuki. Sonreí
— ¿Sabes?, prefiero llevarlo a casa en una sola pieza —apreté mis puños detrás de mi espalda— Por favor, colabora y devuélveme lo que me pertenece
— ¿"Pertenece"?, ridículo —rechine mis dientes
— ¡Tooru!
Ante el grito, el nombrado salio corriendo, ocasionando que la atención de los escoltas se dirigiera a él. Sonreí y aproveche aquella distracción, rodeándolos con rapidez para acercarme por la espalda a Big Madame. Con mi kagune preparado me deslice por el suelo, mis pasos eran opacados por el sonido de los golpes y gemidos de dolor que salían del peliverde. Patadas, puñetazos, incluso cuchillas, mi plan era poner su vida en riesgo para salvar otra, desde mi punto de vista no había otra opción.
Su cuerpo cayo al suelo, lo mire sobre mi hombro, reteniendo un suspiro de alivio al notar que aun estaba vivo. Trepe por las paredes, saltando y cortando los tobillos de la rubia, cayendo sin tener tiempo a estabilizarme antes de chocar contra el suelo
— Mierda... —solté un suspiro profundo, apretando mi hombro y siguiéndola con la mirada mientras me sentaba con lentitud— Carajo... no le di...
— M-Matsuyama-Kun... —me gire, chocando miradas con la verdosa y aterrorizada del peliverde. Me acerque a su posición, ayudándolo a levantarse
— ¿Te encuentras bien? —asintió— Eso es bueno, lamento no haberte sacado de la subasta, estuve allí...
Me miro con sorpresa, una pregunta curiosa rodaba por sus orbes, ansioso por sacarla a la luz para que pudiera saciarla y darle la respuesta que necesitaba.
