«Semnadcatʹ»

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Los gritos de dolor, la sangre tiñendo los escalones, los cuerpos ya sin vida, y la flameante llama de la venganza que poco a poco comenzaba a consumirnos, dejaba en evidencia la guerra que se llevaba a cabo en aquel abandonado y destruido lugar

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Los gritos de dolor, la sangre tiñendo los escalones, los cuerpos ya sin vida, y la flameante llama de la venganza que poco a poco comenzaba a consumirnos, dejaba en evidencia la guerra que se llevaba a cabo en aquel abandonado y destruido lugar.
Cada paso que daba me acercaba aun más hacia el portador de aquel aroma dulzón, mis sentidos parecían haberse cegado por el, dejándose llevar.
Mi alrededor estaba comenzando a oscurecer, pero no era problema alguno, podía caminar sin dificultad, pasando mi vista por cada rincón escondido, atento a cualquier movimiento o ataque.

Ayato y Touka-San en este preciso momento estarían teniendo un agradable intercambio de palabras, ambos eran familia, pero sus pensamientos eran distintos, al igual que sus propios lugares. Mientras uno era parte del Anteiku, conviviendo pacíficamente con los humanos, encontrándolos en su café todas las mañanas, otro era parte de una organización cuyo objetivo era eliminar a aquellos que estorban, los débiles, humanos y ghouls por igual, estos últimos más aun, ya que un par se oponían a la causa, incluyendo los que se encontraban con Yushimura-San, lo cual metería en la bolsa a su propia hermana.

¿Así estaríamos nosotros?.
Ustedes, intentando mostrarme lo que podía llegar a ser si me quedaba, si no me rendía. Enseñándome la razón de mi objetivo, el cual era lo único que me quedaba luego de tanto sufrimiento.
Y yo... con temor de volverme algo que no pueda controlar, con el pánico de lo que sucedería si llegaba a herirlos en los momentos de locura. Era lo mejor, muy en el fondo lo sabían. Debía alejarme, dejar de verlos, de tocarlos, dejar de tener contacto. Mi verdadero ser se mantenía oculto dentro de mi, preparado para salir a la luz en cuanto la oportunidad se diera, intentando por todos los medios saciar el hambre y la sed, no importaba quien se encontrara en el camino, no importaba cuantas veces quisiera detenerlo... todo volvía a suceder, cada vez con más fuerza, con más poder, volvía a mi, una y otra vez, demostrando que jamas podría ganarle y que debería aceptarlo.

Lo veía, cuando cerraba los ojos él aparecía.
La alfombra de un suave color pastel pronto era manchada por el espeso liquido carmín que descendía de sus manos. Sus labios sonrientes dejaban a la vista los puntiagudos dientes que portaba, que junto a la sangre de su rostro, formaban una imagen tétrica.
Podía oírlo hablar, el tono burlón resaltaba entre sus palabras interrogantes, mientras giraba a mi alrededor, escudriñándome con sus ojos marrón rojizo brillando con sadismo, a la espera de que mi mano se entrelazara con la suya, aceptándolo, y dejándolo tomar posesión de mi. Los dos eramos la misma persona, con la única diferencia de que yo rechazaba constantemente ese lado, para no acabar con los que me rodeaban. Ahora, sin arrepentimientos, sin lagrimas, comenzaba a notar como sus pálidas manos se enredaban alrededor de mi cuello, pero no hubo quejas, dolor, gritos.
Solo silencio y debilidad.

Ron, Yukio, Misaki, chicos... mentiría si dijera que todo estaba bien. Si se trata de mi, de lo que soy, de lo que hago o de lo que no puedo hacer, y de lo inevitable, lo mejor que podría pasarles es que yo me alejara, mi lugar no esta con ustedes, mi lugar esta con aquellos que no tienen salvación. Con los que se dejaron llevar por lo que son, viviendo por el dolor de otros. Con los monstruos que ríen mientras desmiembran.
Mi lugar esta en los ríos de sangre, entre los cuerpos sin vida, en cada grito de dolor o en cada lagrima de sufrimiento. Allí es donde pertenezco, en el caos, en la sed de venganza, en la aniquilación de los débiles como yo.
Seré un títere, dejando que otros manejen mis hilos a su beneficio, no importa cual sea el costo o las consecuencias, ya no hay nada más que hacer. Me he rendido y mientras sigo la figura de la bella paloma, la despedida hacia ustedes se hace larga.

☣Iɴsᴀᴛɪᴀʙʟᴇ☣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora