«Devâtnadcatʹ»

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Suspire, mirando con detalle lo que sostenía con mis dedos ensangrentados

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Suspire, mirando con detalle lo que sostenía con mis dedos ensangrentados.
La pequeña bala que había recibido ahora se encontraba en mi mano luego de que la quitara de mi hombro, era más fácil utilizar cualquier objeto con punta, solo que tenia prohibido tener algún tipo de arma que no se relacionara con mi cuerpo. La desconfianza que tenia el peliazul hacia mi era notable hasta tal punto en el que me preguntaba si tenia miedo de mi, o de que me comiera su cuerpo mientras dormía.

Sacudí mi cabeza, lanzando la bala a algún punto de la habitación, el cual no me moleste en mirar, y estiré mi brazo para tomar las ropas que con anterioridad me había quitado, poniéndomela mientras me bajaba de la mesa en la que me encontraba sentado.
Me acerque a una de las tantas ventanas sin vidrios protegiéndolas que tenia la solitaria habitación, y apoye mis brazos en el alfeizar, reposando mi mentón en ellos. La voz y el rostro de Yukio volvieron a mi mente, sus palabras, mi huida... era lo correcto, estaba seguro y no me arrepentía, pero me gustaría apagar mi humanidad para dejar de recordar lo que había sucedido, necesitaba apagarla y olvidarme de ellos, como se lo dije a Yukio, como espero que él se los diga a ellos.
Ya lo había aceptado, con la soledad rodeándome no hacia otra cosa que escarbar y escarbar hasta encontrar los momentos explícitos en donde pude haberme llevado sus vidas.
Dije Adiós, pero aun intentaba arrancarlos de mi, el odio y decepción serian claves para eso, solo tenían que dejarlos apoderarse de sus emociones, y yo me encargaría de ocasionar aquello sin problemas

— Oi

Me gire, soltando un suspiro de pesadez, encontrándome con Ayato, quien dejaba de manera brusca dos sobres alargados sobre la mesa, ambos con el mismo diseño que aparentaba ser de calidad, pero en realidad solo lograba verse lindo y detallado. Me acerque con curiosidad, tocándolos con suavidad, podía sentirse lo lleno que estaban gracias al liquido espeso dentro.
Mire al peliazul, apoyándome en la mesa

— ¿Que se supone que haga con dos sobres de tintura? —rodó los ojos, alzando su mano para tomar uno de los mechones de cabello que caían por mi frente

— Te he dicho que hicieras algo con tu horrible cabello, y aun sigues sin obedecerme, así que te obligare —quite su mano

— ¿Porque tienes tanta prisa? —me cruce de brazos— Podría llevar un gorro o un disfraz, como Eto. No es necesario que cambie mi color —se inclinó, apoyando sus manos a cada lado de mi, acorralándome contra la mesa

— Quiero evitar que te investiguen. Los humanos y ghouls con cabello rojo son contados con los dedos de las manos. Aunque sean estúpidos, sabrán que tu eres nuevo en el Aogiri, sera fácil saber de ti, y pronto tu rostro aparecerá en las noticias con un cartel de Se busca acompañándolo. Todos conocerán lo que eres, seras un objetivo más en la misma lista en la que tienen a Ojo Parchado —suspire, mirándolo fijamente

— No debes preocuparte, se cuidarme solo, pero gracias por la atención, puedes... —hice un ademan, invitándolo a retirarse, pero tomo mi muñeca con fuerza— Irte... —se acercó más, dejándome sin escapatoria

☣Iɴsᴀᴛɪᴀʙʟᴇ☣Donde viven las historias. Descúbrelo ahora